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¿Para qué un joven de 21 años necesita un rifle de alto calibre?... Que alguien lo explique

La patriótica celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos se tiñó de sangre el pasado lunes, 4 de julio, cuando un atacante -armado con rifle de alto calibre- se subió a la azotea de un edificio y empezó a disparar de manera premeditada contra los cientos de personas que se dieron cita esa mañana para ser testigos de un desfile conmemorativo.

El hecho pasó en Highland Park, Illinois, un pequeño suburbio de unos 30,000 habitantes ubicado a 25 millas (40 kilómetros) al norte de Chicago.

El presunto atacante, identificado como Robert Eugene Crimo III, de 21 años, según las autoridades realizó alrededor de 85 disparos, y les arrebató la vida a siete personas; entre ellas Kevin e Irina McCarthy, de 37 y 35 años, respectivamente, una pareja de esposos quienes con sus muertes dejaron huérfano a su pequeño hijo Aiden, de dos años.

En medio del pánico que Crimo desató con su rifle Smith & Wesson M&P15, el sospechoso confeso dejó un saldo de al menos 40 heridos, 26 de los cuales recibieron al menos un impacto de bala, pero que afortunadamente sobrevivieron para hoy compartir su desgarradora experiencia.

Uno que sobrevivió, pero que no se siente nada afortunado, fue Cooper Roberts, de 8 años. El niño fue impactado por un disparo en el pecho; la bala atravesó su cuerpo, causándole graves daños a su médula espinal, por lo que, según los médicos, es probable que jamás vuelva a caminar.

Crimo, quien ahora encara siete cargos de asesinato en primer grado y podría enfrentar nuevas acusaciones una vez termine la pesquisa, según las autoridades llevaba mucho tiempo planificando su macabro ataque. Sus redes sociales y canal personal de YouTube estaban plagadas de mensajes y videos de odio que revelaban sus planes.

El sujeto tenía su ataque tan bien planificado que, después de abrir fuego, se vistió de mujer para ocultar su identidad, cubrir sus tatuajes faciales y escapar como "Pedro por su casa" mezclándose entre la multitud aterrorizada.

Hace 10 meses, Crimo supuestamente publicó un mapa con la ruta del desfile del Día de la Independencia en Highland Park, y un mensaje adjunto describiendo lo que planeaba hacer. El problema radica en que, a pesar de este hecho, el asesino pasó por desapercibido y las autoridades nunca hicieron nada para detenerlo.

Pero no fue que Crimo, quien era un aspirante a rapero y cantante, un día decidió coordinar y ejecutar un violento ataque. Desde hace más de dos años, el joven ya estaba en el radar de la Policía. En abril de 2019, agentes se presentaron en la casa de Crimo luego de que este se intentara suicidar. En aquel momento, el entonces estudiante de 18 años fue referido a profesionales de la salud mental para tratar de determinar por qué éste quería acabar con su vida.

La ayuda que recibió, sin embargo, parece que no fue suficiente... Meses más tarde (en septiembre de 2019), la policía fue nuevamente llamada a su casa luego de que amenazara de muerte a parientes cercanos y se descubriera un plan "para matar a todos los miembros de su familia".

La Policía nunca lo acusó de cometer un delito ni hizo de nada detenerlo, a pesar de que le confiscaron una colección de 16 cuchillos, una daga y una espada.

¡Pero eso no es lo peor! A pesar de este problemático pasado y evidenciar padecimientos de salud mental, Crimo fue capaz de comprar de manera legal cinco armas de fuego, incluyendo el rifle de alto calibre con el que según las autoridades perpetró el ataque del Día del 4 de Julio. Esto fue posible gracias al respaldo de su padre, quien, en diciembre de 2019, firmó los documentos autorizando a que su hijo adquiriera las armas.

¡Es aquí, donde yo no entiendo nada! ¿Cómo un papá, sabiendo que en abril su hijo intentó suicidarse; y luego en septiembre, amenazó con "matar a toda la familia", en diciembre firma un documento para que el joven compre un rifle de asalto de alto calibre?

Cuando Crimo fue detenido por las autoridades, unas ocho horas después del ataque, en su vehículo llevaba un pequeño arsenal: Un segundo rifle de asalto de alto calibre, dos pistolas y una escopeta, todas compradas legalmente.

La matanza del Día de la Independencia en Highland Park me hace recordar el tiroteo ocurrido el pasado 30 de noviembre en la Escuela Secundaria Oxford de Detroit, cuando Ethan Crumbley, de 15 años, mató a tiros a cuatro compañeros de estudios. En ese ataque, perpetrado con una pistola semiautomática que le compraron sus padres como regalo de Navidad, resultaron heridos seis estudiantes y un maestro.

En el pasado, cuando he hablado sobre la necesidad de aprobar leyes para el control de armas, son los políticos -y en especial los legisladores en el Congreso- los que han estado la mirilla de mi comentario porque por años no hicieron nada para limitar el acceso a las armas de fuego.

Esta vez, culpo a los padres de los atacantes y a las autoridades. En el caso del sospechoso de Highland Park, éste escribió un largo historial de problemas psicológicos y, en vez de arrestarlo o someterlo a terapias, fue recompensado por su papá que lo autorizó a comprarse no una, ni dos, sino cinco armas de fuego, incluso luego de amenazar con "matar a toda la familia".

El mes pasado el Congreso de Estados Unidos aprobó una nueva ley precisamente para aumentar el control sobre las armas de fuego. La medida, rubricada por el presidente Joe Biden, incluye una revisión del proceso de compra de armas para los menores de 21 años y extiende a todo el país las llamadas normas de "alerta de peligro", que permiten activar un procedimiento legal para confiscar las armas de fuego de quienes representen un peligro para terceros o para sí mismos.

La pregunta es: esta nueva ley, ¿hubiera detenido a Crimo y frustrado su plan de atacar a decenas de personas en el Día de la Independencia?

Más allá de la responsabilidad del Gobierno y de las autoridades, está en manos de nosotros, los padres, el deber de velar por nuestros hijos. Un papá nunca, nunca, nunca debe comprarle un arma a un hijo, especialmente si sabe que éste tiene problemas de salud mental.

Me pregunto: ¿para qué un muchacho de 18, 19 o 20 años necesita tener acceso a un rifle semiautomático de alto calibre? Si alguien sabe la respuesta, le suplico que por favor me escriba para explicarme. Mientras tanto, yo soy Fernando Almánzar y así veo las cosas.

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