Header Ads

Haití vs. República Dominicana: Análisis del conflicto por el agua de los ríos

Por Rafael Baldayac
Especial para Mi Tierra News

SANTO DOMINGO - Cada cuarto domingo de septiembre se conmemora el Día Mundial de los Ríos. Este año, sin embargo, la celebración tiene un sabor a "Mara", debido a la tensa crisis por la que atraviesan Haití y República Dominicana, generada por la construcción -en el lado haitiano- de un canal en el Río Dajabón (conocido en francés como "Riviere Massacre"), que delimita un tramo de la frontera entre ambos países.

El propósito del Día Mundial de los Ríos es crear conciencia sobre la importancia de esta corriente natural de agua continua que desemboca en otra de mayor tamaño o, en la mayoría de los casos, en el mar. Se trata de una efeméride creada con la finalidad de visibilizar la importancia de conservar y proteger los ríos, así como destacar su impacto en ecosistemas, flora y fauna que rodean a estos espacios naturales.

La actual crisis entre Haití y República Dominicana hace recordar a la amargura de los israelitas cuando en su travesía por el desierto llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de ese río, porque eran amargas.

"Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y éste clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron… y allí los probó" (Éxodo. 15:23-25).

Desde entonces el agua, ese recurso único e insustituible el cual cada vez está más escaso está llamada a ser para la geopolítica del Siglo XXI, lo que fue el petróleo para el Siglo XX, por lo que se convertirá en motivo de grandes conflictos.

Tal como lo predijo hace tres décadas Ismail Serageldin, exvicepresidente del Banco Mundial, que "las guerras del próximo siglo serán por el agua". En ese entonces fue una afirmación audaz, basada en comportamientos humanos que han llevado a una creciente escasez de agua potable en algunas de las zonas políticas más conflictivas del mundo.

La falta de reconocimiento de su valor es la principal causa de su mal uso y desperdicio, afirma un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) divulgado en la jornada dedicada a ese líquido vital.

El agua es la base de la vida, las sociedades y las economías. El acceso a ella es también un derecho humano. Sin embargo, en la actualidad unos 2,200 millones de personas carecen de este acceso.

Y es que el agua simboliza fundamentalmente la vida. En la mayoría de los mitos de la creación del mundo, el agua representa la fuente de vida y de energía divina de la fecundidad de la tierra y de los seres vivos. El elemento agua está presente en todas las culturas ancestrales.

A diferencia del mar o los lagos, un río lleva un caudal que está en constante viaje y transformación, metáfora ideal para aquellas personas que han perdido el camino; como parece ser que perdieron el camino diplomático Haití y República Dominicana.

La construcción del canal continúa a todo vapor

Coincidiendo con el Día Mundial de los Ríos, este domingo, 24 de septiembre, la construcción del polémico canal de riego agrícola que realizan los haitianos para abastecerse de agua del Río Masacre continúa sin detenerse en el pueblo de Juana Méndez, en la frontera con Dajabón.

Todas las actividades de los trabajadores del canal, así como la presencia de la multitud que los acompaña, son objeto de vigilancia constante por parte de soldados pertenecientes al Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza y Terrestre (CESFRONT), así como del Ejército.

Para vigilar, las autoridades dominicanas emplean drones de gran capacidad y otros equipos tecnológicos equipados con cámaras de alta resolución de imágenes.

El primer ministro de Haití, Ariel Henry, en su discurso del pasado viernes, ante la 78va Asamblea General de las Naciones Unidas, defendió la construcción del canal.

Posiciones enquistadas

Haití y República Dominicana, sin embargo, mantienen enquistadas sus posiciones sobre la construcción del polémico canal en el limítrofe Río Masacre, cuando se cumple una semana y media de que Santo Domingo cerró todas las fronteras con el vecino país, lo que está generando importantes daños económicos a ambas partes.

Mientras tanto, a lo largo de la línea divisoria reina la calma, incluido el principal punto limítrofe, Dajabón (noroeste de República Dominicana), donde, en declaraciones a los medios, el comandante general del Ejército dominicano, mayor general Carlos Antonio Fernández Onofre, aseguró este domingo que la frontera está tranquila y controlada y que no hay amenazas.

Pocas posibilidades de diálogo

República Dominicana clausuró las fronteras terrestres, marítimas y aéreas con Haití, con el consiguiente bloqueo del comercio bilateral, donde este domingo todavía no ha habido avances e incluso, las posturas se han distanciado más.

Si bien al inicio de esta crisis el Gobierno de Haití se desmarcó del proyecto, una iniciativa privada sin apoyo oficial, ahora el Ejecutivo afirma que hay que seguir adelante con las obras del polémico canal y ha decidido apoyarlas.

Una declaración de las "autoridades" haitianas le echa leña al fuego: "Sí, el canal debe construirse. Sí, hay que esforzarse para que el agua llegue a los canales como es debido. Sí, es a través de la solidaridad y la unidad como puede regarse la tierra de (la llanura de) Maribahoux".

Así lo reafirmó de nuevo el domingo el Ministerio de Agricultura en nombre del gabinete, que defiende el derecho de "Haití a beneficiarse de forma equilibrada de los recursos que comparte con su vecino dominicano".

Por todo ello, y ante la exigencia del Gobierno dominicano de que las obras deben paralizarse antes de sentarse a hablar, la reanudación de las conversaciones bilaterales no parece próxima.

Un diálogo que se interrumpió el jueves, 14 de septiembre, cuando el presidente dominicano, Luis Abinader Corona, comunicó que definitivamente se cerrarán las fronteras al día siguiente, justo cuando tenía lugar en Santo Domingo una reunión de la Comisión Binacional con el objetivo de resolver la situación a través del diálogo.

El Ejecutivo dominicano, que considera que el canal viola los tratados bilaterales, pone como condición para ese diálogo que cese el "trasvase ilegal" de aguas a cargo de un pequeño grupo de particulares haitianos (...) "Es una reducida élite económico-política para lucrarse" con la venta de agua a pequeños productores de la zona, como reiteró Abinader Corona el pasado miércoles en su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas.

Salida de migrantes y comercio bloqueado

Es posible que, al cierre de las fronteras dominicanas con Haití, haya que buscarle otro "bajadero", debido a que los empresarios y comerciantes dominicanos y haitianos no resisten una larga suspensión de ese comercio muy activo. En especial en el de los alimentos que van de aquí para allá, como huevos, pollos, víveres, embutidos y otros.

Si bien es cierto que el tremendismo de un grupito de empresarios y políticos haitianos de construir el canal de manera unilateral violando acuerdos y las reglas del buen vivir, a quienes más perjudica es a los ciudadanos pacíficos de los dos países.

Al tiempo que no hay acercamiento, avanzan las obras del canal y miles de haitianos abandonan cada día República Dominicana y retornan a su país, a pesar de la aguda crisis y la extrema violencia que se vive allí a manos de las bandas armadas que controlan gran parte de Puerto Príncipe y otras zonas de Haití.

Aunque no hay cifras oficiales, a diario se repite la escena de numerosas personas esperando con sus pertenencias la apertura temporal de los puestos fronterizos, en especial Dajabón, para salir de territorio dominicano. A ellas se suman los haitianos en situación irregular que son deportados.

El otro gran afectado por el cierre de fronteras es el dinámico comercio entre ambos países, sobre todo en lugares próximos a la frontera donde, hasta ahora, tenían lugar varios días por semana mercados bilaterales en los que haitianos y dominicanos intercambiaban todo tipo de productos.

Ello supone pérdidas muy abultadas para los comerciantes y los productores de la zona, ante lo cual el Gobierno dominicano ha adoptado medidas para intentar minimizar las consecuencias, como la reestructuración de deudas y la concesión de préstamos a tasa cero.

Además, la comercialización por organismos oficiales de productos que no se están vendiendo o el reparto de raciones en comedores económicos para aprovechar los alimentos perecederos y evitar que se estropeen.

Unos impactos negativos para ambas partes de los que alertó en su momento el experto de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Haití, William O'Neill, quien pidió a República Dominicana reconsiderar el cierre de fronteras, una medida que Abinader Corona anunció que se mantendrá "el tiempo que sea necesario".

Pero sobre todo la gran afectada será la población haitiana, que en un 43% sufre de inseguridad alimentaria y que en casi un 50% precisa de ayuda humanitaria.

Cinco provincias con pérdidas económicas

Las cinco provincias fronterizas de República Dominicana vivieron tranquilamente su primera semana con la frontera cerrada y los comerciantes resistieron en calma el perjuicio económico que les causa la interrupción del acostumbrado intercambio comercial con Haití.

Muchos se han alegrado por la medida y la consideran necesaria, pero la queja de la gente de negocios corre de norte a sur, y la pregunta es ¿hasta cuándo resistirán?

Las cuatro provincias donde hay pasos fronterizos oficiales tienen comunidades para las que el mercado binacional es fundamental en su economía. Estas puertas son las de Ouanaminthe-Dajabón, Belladere-Comendador (en Elías Piña), Malpase-Jimaní (en Independencia) y Anse-à-Pitre-Pedernales.

Un número importante de comerciantes se dedican a la venta de productos a haitianos que luego lo exportan a Haití para venderlo allá. Muchos productos comestibles son fabricados especialmente para el mercado haitiano por las grandes empresas dominicanas con nombres y calidades distintas.

Los comerciantes aseguran que no han sido beneficiados todavía de los programas de auxilio que prometió el Gobierno. Desde Pedernales hasta Dajabón los comerciantes coinciden en que las medidas de ayuda del Gobierno todavía no llegan.

Mediación de un organismo internacional

Sin lugar a duda que las tensiones creadas en las relaciones haitiano-dominicanas en torno a la reanudación, en agosto de 2023, de la construcción del canal haitiano sobre el río Masacre, han dado un giro grave e inesperado.

La construcción unilateral de este canal de riego en  territorio haitiano para llevar agua del Masacre a sus ríos Jassa y Lamatry, lo que se llama trasvase y que está prohibido en los acuerdos internacionales, por lo que el Gobierno dominicano debe reclamar la mediación de algún organismo internacional para llegar a acuerdos justos sobre el uso del Masacre que nace en nuestro país.

Todo esto sin grandes expectativas debido a que en Haití prácticamente no hay gobierno, porque las bandas armadas que asaltan, matan y secuestran tienen el control de la mayoría del territorio haitiano.

En varias ocasiones han anunciado que van a derrocar al primer ministro Ariel Henry, quien el pasado decidió apoyar la construcción del canal para tomar agua del Masacre para beneficio de un grupito de privilegiados.

Una opción: Solicitar estudio medioambiental

Tras el discurso del primer ministro de Haití, Ariel Henry, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas este viernes, técnicos entienden que la única opción que pudiera impedir el avanzado canal es presentando ante un arbitraje internacional un estudio que compruebe los peligros medioambientales que supone la obra hídrica haitiana.

Este estudio debe ser solicitado por el Gobierno dominicano a la Organización de Estados Americanos (OEA). Esta recomendación se hace al analizar la tensa situación, en la que, según él, Haití logró que República Dominicana firmara en 2021 una Declaración Conjunta "amañada" y usando su estrategia de "víctima" ante los organismos internacionales.

Los haitianos alegan que la obra hídrica no desvía el cauce porque los cauces no se desvían, lo que se desvía es el agua y es lo que pretenden hacer, un trasvase de todas las aguas del Masacre hacia la llanura de Maribawoux.

Expertos señalan que, aunque el presidente pidió la paralización de la obra cuatro días después, ese documento firmado el 27 de mayo de 2021 es vinculante y está siendo utilizado inteligentemente por Haití.

Según los analistas el peligro de ese documento es que, por el tono del discurso de Henry, "República Dominicana y Haití terminarán en un arbitraje internacional" para resolver el conflicto, donde los diplomáticos haitianos, "con más experticia que los dominicanos", utilizarán esa declaración conjunta a su favor, "aunque ellos están violando el artículo 10 del Tratado de Paz, Amistad y Arbitraje de 1929".

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.