Francisco del Rosario Sánchez… Patriota valiente e incorruptible
Por Rafael Baldayac
Especial para Mi Tierra News
SANTO DOMINGO - La Independencia de República Dominicana no se habría podido proclamar sin la valentía, firmeza y arrojo de Francisco del Rosario Sánchez, a quien la nación quisqueyana le rinde este jueves 9 de marzo un gran homenaje con motivo del 206 aniversario de su natalicio.
Sánchez, abogado, político y uno de los tres Padres de la Patria dominicana junto a Juan Pablo Duarte y Ramón Matías Mella, tuvo un rol protagónico en la declaración de la Independencia de República Dominicana.
Sánchez es considerado como un patriota honesto e incorruptible, que representa la expresión auténtica de dominicanidad, con gran vocación revolucionaria, y quien siempre será recordado como uno de los grandes próceres republicanos de la historia.
Este gran líder y estratega de la guerra dominicana que contraatacó la ocupación haitiana, tomó las riendas de la lucha tras la ausencia de Duarte y proclamó la Independencia en el Baluarte del Conde, el 27 de febrero de 1844.
Nació el 9 de marzo de 1817 en Santo Domingo, en la casa del Tapado No. 13. Era hijo de Narciso Sánchez y Olalla del Rosario. En el período conocido como la España Boba, y durante su niñez, adolescencia y parte de su juventud, el territorio este de la isla estuvo ocupado por Haití (1822-1844).
En su libro "Padres de la Patria", el historiador Roberto Cassá narra que "a pesar de sus orígenes humildes, el héroe obtuvo una educación fuera de serie gracias al cuidado de su madre y, en especial, de su tía María Trinidad Sánchez".
"Aprendió a tocar instrumentos musicales, al igual que algunos de sus hermanos, y luego hizo estudios de inglés con míster Groot y de filosofía y latín con Nicolás Lugo", agrega Cassá.
Tras el exilio de Duarte en 1843, Sánchez asumió la dirección del movimiento independentista. Sánchez fue la figura clave en los preparativos de la proclamación de la República.
Sin embargo, luego de haber enarbolado la Bandera Nacional, fue expulsado del país hacia Inglaterra, de ahí pasó a Nueva York, Curazao, y las Antillas Holandesas, donde se entera del fusilamiento de su tía, la también patriota María Trinidad Sánchez.
Sánchez regresó al país en la goleta "27 de Febrero" y ejerció varias funciones como comandante de armas, fiscal, defensor público. Fue expulsado nuevamente en 1855 hacia Curazao, pero regresó el año siguiente, en 1856.
Años más tarde, en 1859 fue desterrado hacia San Tomás, donde sufrió múltiples vicisitudes, y un año después se enteró de los planes de anexión a España preparados por Pedro Santana.
República Dominicana, después de 22 años de dominación haitiana, quedó bajo el gobierno de los hateros. Estos, debido a su incapacidad y al enfrentamiento entre el santanismo y el baecismo, condujeron al país a una gran crisis económica.
Esta crisis, junto con el temor a nuevos ataques de Haití, llevó al entonces presidente Pedro Santana a realizar su más anhelado sueño, anexar la patria a una potencia extranjera (el 18 de marzo del 1861) a tan solo 17 años de la Independencia Nacional.
Por lo que le correspondió a Sánchez iniciar la resistencia frente a la Anexión a España de 1861. Como líder del movimiento anti-anexionista, junto a otros dominicanos desde exilio en San Tomás, lanzó una patriótica proclama.
Meses después, Sánchez entró por Haití al territorio dominicano, cruzando por las montañas Hondo Valle, Vallejuelo y El Cercado, donde fue herido en la ingle, capturado y trasladado junto a sus compañeros a San Juan de la Maguana donde fueron juzgados por una corte militar y condenados a muerte.
El gobierno de Santana lo presentó ante el pueblo dominicano como un traidor. El 4 de julio de 1861 se cumplió la sentencia de muerte. El fusilamiento de Sánchez ayudó al pueblo dominicano a recuperar la soberanía poco después gracias a La Restauración.
Momentos antes, había hecho un último encargo: "Decid a los dominicanos que muero con la patria y por la patria… y a mi familia, que no recuerde mi muerte para vengarla".
Los restos de Sánchez, quien comulgó antes de ser fusilado en el cementerio de San Juan de la Maguana, reposan en el mausoleo del Altar de la Patria de Santo Domingo, junto con los de Duarte y Mella, en el mismo lugar donde fue proclamada la Independencia.
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