El 12 de octubre de 1492… Día del Descubrimiento o Día de la Raza
Para bien o para mal, el 12 de octubre de 1492, el almirante Cristóbal Colón cambió el rumbo de la humanidad luego de atravesar el Océano Atlántico y arribar al archipiélago de la Bahamas. |
Especial para Mi Tierra News
Se dice que cuando el almirante Cristóbal Colón llegó a América el 12 de octubre 1492, la primera isla que visitó tenía un lago de gran tamaño en su centro. Se ha "insinuado" que aquella isla es la hoy se conoce como Watling o la Isla de San Salvador, en el archipiélago de las Bahamas.
Parecería, sin embargo, que Colón realmente arribó en sus tres carabelas (La Niña, La Pinta y la Santa María) a la también isla bahamesa de Inagua. La raíz del debate es que Watling o San Salvador cuenta con múltiples lagos en su centro, mientras que la Isla Inagua tiene solamente uno (como describió el Almirante en su bitácora).
Geográficamente hablando, Isla Inagua está ubicada en el Océano Atlántico justo al norte de las islas de Cuba y de La Española, en la desembocadura del llamado Paso de los Vientos. Según el diario de Colón, el navegante genovés y su tripulación arribaron a lo que hoy conocemos como Cuba el 28 de octubre, y subsecuentemente, entre el 5 y 6 de diciembre a lo que se convirtió en la Isla de Santo Domingo, hoy compartida por Haití y República Dominicana.
Las cifras son imprecisas, pero arqueólogos estiman que para finales del Siglo XV había entre 40 y 50 millones de habitantes indígenas de diversas y variadas etnias. Se dice también que el 90% de estos indígenas fueron exterminados por la espada y las nuevas enfermedades que importaron los conquistadores como parte de su sistema inmunológico.
En la actualidad, la cifra de descendientes indígenas en América Latina es de unos 55 millones, con unos 25 millones sólo en México. Es decir, han tenido que pasar más de 500 años para poder "recuperar" la población perdida tras el azote que catapultó el encuentro de las dos culturas del 12 de octubre de 1492.
La población de ascendencia europea, en cambio, pasó de los 90 tripulantes que se estima acompañaron a Colón en su primer viaje a más de 400 millones de habitantes. Hoy, en las Américas hay 160 millones de ascendencia africana y el resto de raíces asiáticas, sumando entre todos más de 660 millones de habitantes, sin contar la población de Estados Unidos.
La brutalidad de la Conquista quedó plasmada en diversas crónicas y dibujos de la época. Algunas son imposibles de leer por sus gráficas descripciones sádicas, y completamente fuera de cualquier entendimiento humano, y más cuando los que ejecutaron tales acciones estaban empapados de la fe cristiana.
Por cierto, el Viejo Testamento de la Biblia no se aparta mucho de lo salvaje y brutal, a lo que podemos llegar a ser cuando practicamos una fe fanática.
Se dice que muchos de los indígenas que vivían en el "Nuevo Mundo", especialmente los Aztecas y los Caribes, de donde adquirimos el nombre los caribeños, eran asiduos caníbales (consumidores de carne humana).
No es de resultar extraño entonces que para aquellos brutos y salvajes conquistadores les parecieran "más brutales" aquellos hombres que vivían semidesnudos y en exiguas y frágiles cabañas rodeados de selvas impenetrables.
Con el tiempo, gracias al mazo y la espada, se fue "civilizando" a "aquella gente" de las Indias. Es decir, los latinoamericanos somos el producto de unos salvajes que llegaron a dominar a otros salvajes…
Para muchos, los avances de las civilizaciones Aztecas, Mayas e Incas fueron interrumpidos en su desarrollo astronómico, médico y social aquel 12 de octubre de 1492.
Desconocemos en donde estarían si se les hubiese permitido "vivir tranquilos" como estaban. Del otro lado de la moneda, hay quienes piensan que, sí nosotros, es decir, los de la América Latina "morena", hubiésemos sido conquistados por los ingleses en vez de los españoles y los portugueses, estaríamos "más avanzados" tecnológicamente. Si ese hubiese sido el caso, América Latina hoy se pareciera más a Estados Unidos; ¿quién sabe?
La verdad es que no estoy tan seguro de ninguno de ellos. Ni de los nativos, ni de los europeos, ni de los africanos, que fueron luego traídos a trabajar como esclavos. Somos el producto de esas tres razas y no podemos decir que la combinación haya resultado algo mejor.
Aunque pensándolo bien, los europeos han sido los propiciadores de las guerras mundiales. Son los protagonistas de los más horrendos holocaustos (por lo menos los más sonados) del mundo. Y encima, los mayores productores de armas de destrucción masiva del planeta.
Los africanos y los indígenas de América, dentro de sus mundos naifs, sencillos, infantiles, y algo violentos, no han ocasionado tamaños actos abrasivos. Claro, los Aztecas dominaban a todas las etnias menores y se los comían; y en África en muchas ocasiones y por generaciones se han comido unos a los otros, pero han evolucionado sin estos afanes de conquista que caracteriza esencialmente a los europeos.
Creo que la fórmula no ha sido mala. A pesar de nuestros antepasados, en América Latina hemos crecido "relativamente en paz", los unos con otros. Seguimos siendo algo salvajes y violentos, pero no invadimos ni queremos adueñarnos de lo ajeno, como otros…
Hoy no sé si celebrar o no el 12 de octubre de 1492 (llamado por unos el "Día del Descubrimiento del Nuevo Mundo" y por otros el "Día de la Raza"), ya que, por un lado, sería cómplice del holocausto indígena y por el otro, sería negarme de lo que estoy compuesto. Una mezcla de negro, moreno y blanco.
Vivimos añorando lo que fuimos sin saber que seguimos siendo piratas, caníbales y santeros… La conquista se nos fue de las manos, pero ¿quién se puede resistir a esas hermosas mujeres indias y prietas?
El 12 de octubre no es un día para protestar, sino para meditar y reconocer que somos el resultado de toda esa "mierda". No sigamos embarrandola. ¡Salud! Mínimo Carnicero de las Indias.
Máximo Caminero es un reconocido artista plástico dominicano residente en West Palm Beach, Florida.
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