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Análisis del segundo mandato presidencial de Leonel Fernández Reyna (2004-2008)

Por Manuel Almánzar Castillo
Excónsul de República Dominicana en Miami

El Dr. Leonel Fernández Reyna es el presidente que más ha aportado al desarrollo de República Dominicana. Gobernó por primera vez de 1996 a 2000, y luego retornó al poder en 2004, con un contundente 57.11% del electorado, en medio de lo que parecía una crisis insalvable, una devaluación brutal del peso dominicano, altos índices de inflación, quiebras de pequeños y medianos negocios, y la desesperanza del pueblo como un fantasma.

Su predecesor durante el período 2000-2004, el ingeniero Hipólito Mejía (entonces del Partido Revolucionario Dominicano), reformó la Constitución para intentar permanecer en el poder debido a que, años antes, la reelección presidencial había sido abolida en República Dominicana.

El pueblo quisqueyano, sin embargo, no lo respaldó en las urnas. Esto, en parte debido a que los tres principales bancos del país se fueron a la quiebra, y su mal manejo de la crisis económica creó el llamado déficit cuasi fiscal, que muchos ubican en RD$100 mil millones de pesos dominicanos.

A diferencia del período anterior (1996-2000), cuando Fernández Reyna encontró un avión en pista, a punto de despegar, ahora ese "avión" venía en picada y a punto de estrellarse.

Mejía dejó una economía con un crecimiento negativo, un peso dominicano sin valor alguno, un desempleo asfixiante, y una salida masiva de dominicanos al extranjero por cualquier vía que fuera posible.

El principal activo que trajo Fernández Reyna al regresar al Palacio fue la confianza. Sólo tras ganar las elecciones de mayo de 2004 motivó la baja del peso dominicano frente al dólar, de $59 pesos a $46 pesos dominicanos.

Una vez en el gobierno, la confianza generada por las medidas tomadas, Fernández Reyna logró bajar la tasa a $29.25 pesos dominicanos por dólar.

El presidente, entonces del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en su segundo mandato, empezó un amplio programa de inversiones en infraestructura, construcción de acueductos, obras viales, escuelas, viviendas y electrificaciones, etc.

Fernández Reyna inició y concluyó (con la oposición de los partidos contrarios) el Metro de Santo Domingo en su primera etapa, e inició la segunda etapa. Bajó la inflación acumulada desde el 96.28% que alcanzó en 2003 y 2004, al 14.71% que ya tenía en 2007.

El crecimiento económico fue de 31% durante los primeros tres años de ese período, con un 2004 que había cerrado en -0.2%.

Entre 2005 y 2006, se crearon nuevos empleos y la pobreza disminuyó en un 15.89%, esto significó 716 mil personas libradas de la pobreza moderada y extrema, según cifras del Banco Mundial.

Se crearon centros tecnológicos comunitarios en todo el país, y se creó el programa solidaridad.

Estabilidad macroeconómica, crecimiento anual del 8%, legado en las construcciones, sostenido crecimiento económico, control de la inflación y en la tasa cambiaria, extensa red de comunicaciones terrestre, etc.

Avance del Sistema de Seguridad Social, mejoramiento de las relaciones exteriores, presencia en organismos internacionales.

Si revisamos el programa de gobierno presentado por el PLD y su candidato presidencial, nos damos cuenta de la amplia visión de Fernández Reyna y su interés en modernizar el Estado Dominicano, a través de varias reformas, la mayoría de las cuales se realizaron, quedando pendiente la reforma constitucional aprobada por la Asamblea Nacional en su tercer mandato en el año 2010.

Ganó las elecciones de medio término en 2006, fortaleció su liderazgo y a pesar de otros aspirantes en su propio partido, fue a una primaria y ganó la candidatura de su partido, y volvió a ganar las elecciones generales en primera vuelta, esta vez con un 53%.

Contrario a su primer gobierno (1996-2000), cuando se redujo la deuda, en este gobierno, la crisis profunda encontrada, la necesidad de iniciar grandes obras de infraestructura, más el déficit encontrado, la deuda externa subió alrededor de US$12,000 millones de dólares, con un producto interno bruto de US$48.12 mil millones de dólares.

Es decir que a pesar de los nubarrones encontrados, República Dominicana se multiplicó por más de dos veces en esos cuatro años, de paz, democracia, crecimiento, fortalecimiento institucional y otras bondades propias de los gobiernos de Fernández Reyna.

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