Análisis de la visita del presidente Luis Abinader a Washington y su pedido de ayuda para Haití
Por Fernando Almánzar
Mi Tierra News
Las palabras que uno expresa tienen mucho peso y, dependiendo de lo que uno diga y la forma en cómo lo diga, puede traer malentendidos… Por ejemplo, no es lo mismo «un ingeniero Diesel» a «uno que dice él que es ingeniero». Esa confusión fue precisamente la que sufrí con el reciente viaje del presidente Luis Abinader Corona a Washington.
Cuando primero se anunció, la Oficina de la Presidencia comunicó con bombos y platillos que el mandatario dominicano se reuniría durante cuatro horas con la vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris. Días más tarde, reiteró ese anuncio y añadió que también sería recibido en el Congreso por la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi.
Y sí, ambos de estos encuentros se dieron, pero no a título de exclusividad como sugirió la Oficina de la Presidencia Dominicana.
Cuando Abinader Corona llegó a la Casa Blanca, el pasado jueves, éste no estaba solo… Le acompañaban jefes de Estado de otros países miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM), entre ellos, el presidente de Surinam, Chan Santokhi; la primera ministra de Barbados, Mia Mottley; el presidente de Guyana, Dr. Irfaan Ali; y el primer ministro de Trinidad y Tobago, Dr. Keith Rowley.
Es imposible negar los posibles beneficios que podrían lograrse con el hecho de que un presidente de República Dominicana haya sido recibido en la Casa Blanca. El problema radica en que los portavoces del Gobierno de Abinader Corona debieron desde el primer momento aclarar que se trataba de un encuentro entre Estados Unidos y líderes del CARICOM, y no un acercamiento especial de la administración Biden al Gobierno dominicano como se infirió inicialmente. ¡Ahí fallaron!
Hasta el momento se sabe muy poco de lo que hablaron el presidente Abinader Corona con los líderes del CARICOM y la vicepresidenta estadounidense. Si bien sabemos que se trató de una conversación diplomática de alto nivel, la Oficina de la Presidencia Dominicana no ha soltado prenda alguna.
El único que comentó una línea de lo que se habló en la Mansión Presidencial estadounidense fue el propio Abinader Corona quien, durante un discurso de 14 minutos que promulgó ante la Organización de Estados Americanos (OEA), señaló que, durante su diálogo con Harris, éste le manifestó que «Haití no puede esperar más», y que «miles de personas están muriendo» a consecuencia de «una guerra civil de baja intensidad» que sacude a la nación más pobre del hemisferio y sus cerca de 11.5 millones de habitantes.
Curiosamente, las autoridades de Estados Unidos compartieron más detalles de lo que Harris habló con Abinader Corona y los líderes de CARICOM. No solamente publicaron la transcripción del discurso que promulgó la vicepresidenta estadounidense, sino que, además, explicaron en detalle el programa que partir de octubre próximo iniciará la administración Biden para ayudar a República Dominicana y otros países del Caribe.
El propósito de la iniciativa es combatir los efectos negativos del cambio climático promoviendo la seguridad energética, el acceso a financiamiento y la seguridad alimentaria del Caribe. Estados Unidos enviará técnicos a diferentes países de la región para establecer planes de trabajo y mejorar el suministro energético, proporcionar asistencia económica a bancos y pequeños empresarios, y desarrollar programas agrícolas para la producción y distribución de alimentos.
Suponemos que, por lo que indicó Abinader Corona ante la OEA; el presidente dominicano aprovechó su encuentro con Harris para manifestarle la amenaza que representa la crisis de Haití para el suelo quisqueyano.
En su discurso ante la OEA, Abinader Corona destacó algunos de los logros de su administración, a pesar de verse amenazada por los efectos del COVID-19, la guerra en Ucrania y el cambio climático. El mandatario quisqueyano recordó el crecimiento económico de 12.3% que experimentó República Dominicana en 2021 y la notable reactivación de su industria turística.
Sin embargo, Abinader Corona aprovechó sus palabras para decirle al mundo, y en específico a los líderes de la OEA, que la crisis de Haití desborda la capacidad individual de República Dominicana y representa una amenaza para toda la región.
Le hizo un llamado a la OEA para que ayudara a Haití a restablecer la seguridad en sus puertos y aeropuertos; instaurara mecanismos para el control de armas y municiones que caen en manos de bandas delictivas; se fortalecieran las entidades del Estado haitiano y de seguridad pública; y, eventualmente, se realicen elecciones libres y democráticas.
"Es imposible negar el peligro", insistió Abinader Corona al destacar que la crisis haitiana amenaza la economía, seguridad y estabilidad social del pueblo dominicano.
"[Hoy] nos enfrentamos a la posibilidad real de que bandas criminales que operan en Haití intenten transgredir la integridad territorial para alterar el orden y seguridad ciudadana de República Dominicana", concluyó Abinader Corona.
Estoy casi seguro de que la próxima semana, cuando en Nueva York se reúna la Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente Abinader Corona nuevamente le hará un llamado a la comunidad internacional para que ayude a mitigar la crisis haitiana.
La pregunta que me hago es, ¿escucharán las 193 naciones del mundo el mensaje del presidente dominicano?… ¿Actuarán Estados Unidos y los países miembros de la OEA con una intervención que ponga orden en Haití?
Esperemos que así sea... Porque si la ayuda urgente que se necesita no llega pronto, República Dominicana terminará hundiéndose en las profundidades de la desesperación junto con su vecino Haití. Yo soy Fernando Almánzar, y así veo las cosas…
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