España: 10 años de prisión a mujer que denunció falsamente a su expareja
El Tribunal Superior de Castilla y León confirmó la pena de 10 años de cárcel para la mujer que denunció falsamente a su expareja alegando que le había amenazado, secuestrado, agredido y echado pegamento en la vagina en el año 2016.
Los magistrados le atribuyeron un cargo de simulación de delito y detenciones ilegales, ya que el hombre estuvo en prisión durante 79 días debido a la denuncia falsa. La resolución judicial también interpuso una multa de 2,100 euros a un segundo implicado que pretendía que el exnovio de la acusada "fuera detenido y encarcelado".
La sentencia establece que la acusada planeó utilizar al juez y a los agentes para que su expareja fuera arrestado y llevado a prisión.
El hombre en cuestión, que habría quebrantado varias órdenes de alejamiento de la mujer en un pasado, estuvo varios días privado de su libertad por unos hechos que, en principio, "revestían fundados indicios de delito y riesgo para su integridad física".
La mujer aún puede presentar un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. La condenada recurrió el fallo de la Audiencia Provincial de León alegando que se le estaban atribuyendo "complejas maquinaciones que no se correspondían con su frágil personalidad".
Argumentó además que las privaciones de libertad que había sufrido su expareja no se debían a un complot de ella, sino que se debía a cómo la policía aplicó los protocolos de violencia de género y a toda la presión que ejercieron los medios de comunicación.
Según ha establecido la sentencia, la condenada y su socio crearon en agosto de 2016 un correo electrónico desde donde le enviaban a la condenada mensajes amenazadores e imágenes de su domicilio. Después, denunciaron las supuestas coacciones y su expareja estuvo durante varias semanas entre rejas.
La acusada estaba dispuesta a todo para provocar la privación de libertad de su expareja.
Según la sentencia, la acusada y su socio crearon en agosto de 2016 una cuenta de correo electrónico desde donde le enviaron a la acusada mensajes amenazadores y fotos de su domicilio.
Posteriormente, denunciaron estas supuestas coacciones y su expareja estuvo encarcelada varias semanas. Cuando éste recuperó la libertad, la mujer llevó a la Guardia Civil unos presuntos mensajes agresivos en Facebook que no supusieron ningún perjuicio para el afectado.
Detalles del complot
La acusada estaba dispuesta a todo para provocar la privación de libertad de su expareja. Por tanto, en octubre trazó un plan con su cómplice que consistía en que la recogiera en su casa la noche del 17 de octubre del 2016 dejando a su hijo dentro del inmueble y con la puerta de su casa abierta. Posteriormente viajaron hasta Bembibre, donde residía el otro hombre.
Una vez allí, el socio ayudó a la mujer a atarse las manos con cinta adhesiva, a colocarse una media en la cabeza, a romperse la camisa y a echarse pegamento cerca de la zona púbica en la pierna izquierda. Asimismo, la leonesa se autolesionó en varias zonas de su cuerpo y quedó descalza.
Ya de madrugada, la mujer fue hasta una farmacia cercana y simuló un ataque de pánico, reclamando así la ayuda de la Guardia Civil y asegurando que su expareja tenía intenciones de matar a su hijo y que había sido secuestrada y maltratada.
Según el relato que dictó la condenada, dos personas la habían asaltado en su vivienda y la trasladaron en automóvil hasta Bembibre, donde le habían derramado "líquido caliente" entre las piernas y la habían maniatado y dejado cerca de las instalaciones ferroviarias.
Las posteriores investigaciones de las autoridades han revelado que las excusas de la acusada se desmontaron al hallar en su vivienda anotaciones "de su puño y letra" sobre cómo inventar correos electrónicos y fotografías de las redes sociales de la víctima.
De la misma forma, tampoco se hallaron razones que indujeran a la "meticulosa escenificación del secuestro". Los informes periciales psicosociales apreciaron que la capacidad de la acusada para diferenciar entre sucesos vividos e inventados y su capacidad de mentir y decir la verdad es como la que se puede encontrar en cualquier adulto.
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