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El dominicano David Ortiz exaltado al Salón de la Fama del Béisbol

COOPERSTOWN, Nueva York - David Ortiz prometió que iba a hablar con el corazón. Y en su discurso de aceptación el domingo, "Big Papi" cumplió. Con su radiante sonrisa y desbordado por la emoción, el extoletero de los Medias Rojas de Boston fue exaltado al Salón de la Fama del Béisbol, en una ceremonia en la que su hija Alexandra cantó el himno de Estados Unidos.

Cubriéndose con parasoles y agitando banderas dominicanas, legiones de fanáticos se congregaron en un campo adyacente al Clark Sports Center. El número 34 de Ortiz parecía estar en cada rincón. Acudieron para ver al cuarto pelotero dominicano con una placa colgada en las paredes del museo de las leyendas del béisbol en Cooperstown.

"Gracias siempre por ser la Quisqueya, la bella. Nada comparado a eso", proclamó Ortiz. "Quiero agradecer a Dios por darme la oportunidad de estar aquí y por haberme dado la alegría de haber transitado este camino, este camino que me permitió estar aquí hoy y que ojalá sea inspiración para que todas pueden creer en sí mismos"

Cuando subió a la tarima para su discurso en una soleada tarde, Ortiz apuntó hacia el cielo, el mismo gesto para sus momentos especiales para rendir tributo a su extinta madre que falleció hace dos décadas en un accidente automovilístico.

El ensordecedor coro de "¡Papi! ¡Papi!" retumbó el ambiente mientras el expelotero dominicano afirmó que se siente "un hombre realizado". Reconoció que no le sorprendió ver a cientos de sus compatriotas en el público, porque sabe el cariño y la generosidad de sus aficionados.

"Nosotros somos una nación de gente buena. Con todas las cosas malas que están pasando en el mundo, en República Dominicana hay mucha gente buena. Me di cuenta de eso cuando vi tanta gente aquí presente", dijo Ortiz en la rueda de prensa posterior a la ceremonia del Clark Sports Center.

"No me sorprendió ver esas banderas fuera, al contrario, yo lo esperaba porque sé lo que somos nosotros. Cuando nos ponemos una cosa, nadie es mejor que nosotros. Me dio mucha alegría, mucha positividad, mucha emoción ver a mi gente fuera", añadió.

Ortiz, de 46 años, tres veces campeón de Grandes Ligas con los Medias Rojas de Boston, se convirtió en el cuarto dominicano en entrar en el Salón de la Fama, tras Juan Marichal (1983), Pedro Martínez (2015) y Vladimir Guerrero Jr. (2018).

Había más de 10,000 aficionados en el público y muchos de ellos eran dominicanos, que mostraron con orgullo sus banderas y corearon el nombre del "Big Papi".

En la rueda de prensa, Ortiz también analizó el intenso discurso ofrecido durante la ceremonia, en el que repasó todos los momentos de su carrera, desde sus comienzos en República Dominicana hasta la gloria de Boston.

Brindó palabras de profundo agradecimiento a su familia y reconoció que, cuando estaba preparando su discurso, se conmovía al pensar en su madre. "Al preparar este discurso, incluso esta mañana ensayando, lloraba cuando hablaba de mi madre", admitió.

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