Mario Vargas Llosa: De nuevo "contra viento y marea" en Colombia
Por Juan Manuel García
Revista Dominical Dejando Huellas
El peruano Mario Vargas Llosa no ha decidido cambiar de rumbo, chapaleteando en la mugre de sus persistencias ideológicas, hoy convertidas como nunca en una pena y una vergüenza, para este escritor al que le gustan "las fiestas del chivo" para fabular erráticas en sus historias.
A don Mario le ha desagradado sobremanera que Gustavo Petro, y la escogida a la vicepresidencia Francia Márquez, figuras a las que insistía en malograr en lo ideológico y lo político, ganaran el Poder con el voto popular, comprometiéndose a dar un vuelco a la tradición política en la Colombia de las guerrillas, de las bases militares norteamericanas, la de las grandes siembras y procesadoras de drogas, la de los grandes abusos de las oligarquías.
Y también la Colombia de Shakira, la de Barranquilla. La Colombia de Gabriel García Márquez, quién desde lejos verá ahora lo que fueron "cien años de soledad" entre costas y cachacos.
Vargas Llosa dice en un gesto de mal humor que en buen dominicano se denomina "truño", que los colombianos "votaron mal" y que la decisión de los 11 millones de electores que favorecieron a Petro es sólo un "accidente enmendable a corregir dentro de lo legal".
Don Mario tiene inmenso dolor en la profundidad de su admiración por el saliente presidente colombiano, el señor Iván Duque Márquez, a quien los colombianos despiden agarrándole un pie en el calabozo, dándole un 70% de desaprobación. Pero que el Premio Nobel de Literatura de 2021 entiende que lo hizo de manera magnífica.
Ya Vargas Llosa, como ahora con Petro, lanzó apuestas fallidas en su propio país, Perú, en Chile, países donde en secuencia siguen siendo destrozadas las derechas, las filas de su malograda militancia.
También falló el literato en los casos de Andrés Manuel López Obrador en México; de Alberto Fernández en Argentina; y lo extremo ha sido en Bolivia, donde considera que se vive una dictadura, con Luis Arce, quien fue electo presidente por el voto popular. ¿Errará también con Lula, en Brasil? Es lo más probable.
Y es que Mario Vargas Llosa desde aquellos tiempos en que viró velas oportunistas por los vientos y mareas que decidió abandonar, se ha vuelto un perenne mal predictor. Un caso digno de pena.
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