La política dominicana del "dale pa' bajo" no tiene justificación
Preocupado por el futuro de la juventud de República Dominicana, el periodista Miguel Acevedo en esta columna comparte algunas ideas para invertir en ellos y hacerle frente a la delincuencia. |
Miguel Acevedo
Especial para Mi Tierra News
Hace años alguien se inventó que República Dominicana es un país muy especial. Quizás por todas las locuras que algunos de sus ciudadanos cometen y por la desfachatez con que se enfrentan. Sin grandes consecuencias, porque para muchos dominicanos, "na' es na' " y "to' ta' bien".
Por eso saludo con satisfacción casi todas las medidas que el gobierno de Luis Abinader ha tomado en sus planes por cambiar el país. La política desarrollada para mejorar la situación social y económica de los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional merecen respeto.
Sabemos que una gran parte de la población del país no tiene confianza ni respeto por las autoridades dominicanas del orden, y eso es un problema que debemos superar. Pienso que esas acciones que tomó el presidente de República Dominicana con los policías y los militares buscan un cambio en la manera de pensar y actuar de los cuerpos castrenses.
Hace años que en el país se puso de moda el "dale pa' bajo", que significa matar a una persona que supuestamente esté cometiendo o haya cometido algún delito. Acción que se está dando deliberadamente, sin aplicar una política para mejorar o reformar la conducta de los jóvenes.
Existen varios sectores que promueven el "dale pa' bajo". Para ellos es una forma fácil de enfrentar el problema, que muchas veces la sociedad y ellos mismos causan. Para esos grupos, esos muchachos son buenos en los procesos electorales, pues es un material manejable, fácil de integrar y los usan, siempre que el dinero, el alcohol o las drogas sea la paga.
Aunque parezca complicado, debemos desarrollar proyectos que integren a los jóvenes a la educación y al trabajo; sacarlos de la marginalidad a la que han estado sometidos es tarea de todos. Los comedores populares, pueden ser lugares ideales para captar a jóvenes con problemas económicos que estén dispuestos a estudiar, ofreciéndoles transporte, comida y otras facilidades para que puedan superarse.
Llegó la hora de parar el "dale pa' bajo". Los jóvenes de los barrios necesitan mejor suerte, mayor inversión, más educación y creación de posibilidades. Es urgente acudir en su ayuda, especialmente a los varones, que sean han quedado rezagados en comparación con las hembras. Las mujeres, quizás por tener más vigilancia y control de sus padres, hoy son mayoría en las universidades y en los centros de estudios. Además de ser menos violentas, también son menos dadas a delinquir, lo que indica que en la enseñanza y en la formación de varones y hembras, hay un componente social diferente.
Condenamos la muerte de tres jóvenes, acontecida en los últimos días, uno en un cuartel policial de San José de Ocoa, otro en Santiago Oeste, y de David de los Santos en el destacamento policial del Ensanche Naco.
El presidente Abinader Corona ha pedido justicia en el caso de estos jóvenes y no dudamos de sus buenas intenciones. La muerte de estos jóvenes en manos de las autoridades huele a conspiración. Es como si alguien desde la institución policial buscará hundir la imagen del presente gobierno, que se ha construido en base al respeto a la ciudadanía.
La policía debe ser respetada, pero ellos también deben proteger y respetar a la ciudadanía, entendiendo que ellos están en la obligación de mantener el orden público y nosotros a defender nuestros derechos, evitando agresión y maltrato.
Es importante entender que "dale pa' bajo" no tiene justificación alguna. Es hora de acabar con la brutalidad policial. Creo firmemente que el presidente Abinader desea una policía honesta y transparente, que respete los derechos humanos.
Este análisis fue redactado por el periodista Miguel Acevedo. Las opiniones expresadas por él no representan el punto de vista de Mi Tierra News en ninguna de sus plataformas digitales o impresas.
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