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Buscando la verdad en Cristo, en el Día Mundial de la Biblia

Por Rafael Baldayac
Especial para Mi Tierra News

La Biblia es el libro más vendido de todos los tiempos, con 4 mil millones de ejemplares (y la publicación anual de 100 millones de copias adicionales). Se ha traducido a 2,454 idiomas y su amplísima diseminación por todo el planeta sin dudas habla de la tremenda influencia del cristianismo y del poder de la palabra de Dios a través de los tiempos.

La primera Biblia fue impresa en el año 1455 por Johannes Gutenberg en la ciudad de Mainz, Alemania, en una de las primeras -y rudimentarias- imprentas con tipos o letras móviles.

Ahora bien, un evento histórico cambió la vida de los creyentes de habla hispana hace 454 años, cuando el 28 de septiembre de 1569, se publicó por primera vez la Biblia con traducción completa en español. Casidoro De Reina, un exmonje convertido a Cristo, dedicó 12 años de su vida a esta ardua tarea, pese a ser acusado de hereje por la Inquisición española.

Este monje hizo la traducción directamente desde las lenguas originales, es decir, el hebreo, arameo y griego. La primera tirada fue de 2,600 ejemplares, una cifra notable considerando las limitaciones tecnológicas y logísticas de la época.

Es importante señalar que De Reina surgió en un contexto cuando la Inquisición española perseguía con dureza cualquier esfuerzo de traducir las Escrituras, considerándolo una forma de herejía. A pesar de enfrentar este ambiente hostil, De Reina desafió valientemente el sistema religioso dominante con una traducción que se distanciaba de las interpretaciones católicas tradicionales.

Su obra no solo marcó un hito en la teología, sino que también tuvo resonancia en los campos social y político. Antes de su contribución, el acceso al texto bíblico estaba restringido al latín de la Vulgata y sometido al filtro del magisterio eclesiástico de la Iglesia Católica Romana.

Con la traducción De Reina, se rompió ese monopolio eclesiástico, permitiendo que, por primera vez, el pueblo hispano tuviera "libre acceso" a las Escrituras en su propio idioma.

En la introducción a su traducción, De Reina articula con claridad su anhelo de que la "luz" del Evangelio no sólo ilumine a su comunidad hispana, sino que también frustre los intentos de Satanás de mantener al pueblo en las "tinieblas" del error y la ignorancia. Este deseo queda plasmado en sus propias palabras.

"Intolerable cosa es a Satanás, padre de mentira y autor de tinieblas, (cristiano lector), que la verdad de Dios y su luz se manifieste en el mundo; porque por este solo camino es deshecho su engaño, se desvanecen sus tinieblas y se descubre toda la vanidad sobre que su reino es fundado de donde luego está cierta su ruina", escribió.

"Y los míseros hombres que tiene ligados en muerte con prisiones de ignorancia, enseñados con la divina luz se le salen de su prisión a vida eterna y a libertad de hijos de Dios", agregó.

Es asombroso que la primera edición de la Biblia en español tuviera que superar tantas barreras para ser publicada, especialmente considerando la fuerte resistencia de la Iglesia Católica y la Inquisición.

La obra incluso tuvo que ser impresa en Basilea, Suiza, donde las ideas de la Reforma Protestante eran más aceptadas. Esta versión, más conocida como "La Biblia del Oso", tuvo que vencer incontables desafíos antes de recibir el reconocimiento y la difusión que justamente merecía.

Celebración en República Dominicana

En la actualidad, República Dominicana es el único país en el mundo en tener un Día Nacional de la Biblia, instaurado cada 27 de septiembre, mediante la Ley 208-84. Esta celebración fue creada para honrar la Palabra de Dios, se enmarca en el "Mes de la Biblia", celebrado mundialmente por los cristianos.

El Día Nacional de la Biblia tiene su origen en San Pedro de Macorís. En 1984, el reverendo Álvaro Vicioso Santil, pastor por más de 20 años y encargado de la Sociedad Bíblica Dominicana, fue a quien le surgió la idea de que se legislara para dedicar un día especial al Manual de Vida.

Todos los días podrían considerarse como "El día de la Biblia", en consonancia con lo expresado en Josué 1:8: "Nunca se apartará de tu boca el libro de esta ley, sino que de día y de noche meditaras en él, para que cuides de hacer conforme a todo lo que en él está escrito, porque entonces harás prosperar tu camino y entonces todo te saldrá bien".

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