OPINIÓN | ¿Hacia dónde va la comunidad dominicana?
Por Miguel Acevedo
Especial para Mi Tierra News
MIAMI, Florida - El mes pasado recibí una invitación a un evento, al cual no pude asistir, que se realizó en el Pequeño Haití de Miami. Fue una actividad en defensa de los inmigrantes convocada por una organización dirigida por nacionales haitianos residentes en el Sur de Florida.
Me llamó la atención que el lugar en donde se desarrolló el encuentro fue el Centro Cultural del Pequeño Haití; como su nombre lo indica, un centro cultural de la comunidad haitiana ubicado en el 212 NE 59th Terrace, en Miami, que reúne las condiciones necesarias para el desarrollo y realización de diversas actividades comunitarias.
Me alegra inmensamente el trabajo de los activistas haitianos en favor de su comunidad; al poder mantener una instalación donde ellos pueden expresarse. Es un centro comunitario sin desperdicio, y que los activistas de las diferentes comunidades que inciden en Miami deberían de imitar.
Mi pregunta es: ¿Qué ha pasado con nosotros los dominicanos? Por años los hijos de Quisqueya que vivimos en Miami hemos fracasado en tener nuestro propio centro comunitario. ¿Por qué no tenemos un lugar donde expresar y desarrollar nuestra cultura, hacer exposiciones de pinturas, presentaciones de libros o enseñar a nuestros hijos a bailar, pintar o actuar?
Cuando nos propusimos trabajar para crear una organización, integrada por activistas de las diferentes organizaciones dominicanas que realizan actividades comunitarias, algunas personas expresaron lo difícil y complicado que resultaría el intento, dado los "intereses personales" de algunos miembros de la comunidad.
De ese esfuerzo nació Dominicanos Siempre, bajo un programa cuyo principal objetivo es tener un local para que nuestra comunidad cobije a su gente y realice sus actividades.
Entiendo que una comunidad sin un local donde pueda expresarse luce en desamparo. En la actualidad, hasta un proyecto urbanístico que se haga tiene una casa club.
Desgraciadamente nuestra comunidad dominicana no ha logrado comprender la importancia de trabajar juntos para desarrollar un centro cultural, que contribuya al desarrollo de nuestra herencia, un espacio donde mostrar lo mejor de nuestra cultura.
Ante esta situación, me pregunto: ¿Seguiremos los dominicanos residentes en Miami por caminos distintos? La simpatía política, religiosa, la indiferencia y la falta de sensibilidad de algunos de los nuestros, ¿tendrán más peso y valor que el bien común y la proyección de nuestra comunidad?
Insisto en preguntar, ¿hacia dónde va nuestra comunidad dominicana?
Los dirigentes de la comunidad dominicana en el estado de Florida han trabajado incansablemente en beneficio del país; tienen años haciendo actividades para ayudar a diferentes sectores de la población residente en República Dominicana. Eso se llama vinculación.
Pero ha llegado el momento de pensar en nosotros, los que vivimos en el exterior y en qué hacer para tener un espacio donde mostrar nuestra cultura y nuestra dominicanidad.
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