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El Día Internacional del Jazz, principio básico de una celebración

Por Alexis Méndez
Especial para Mi Tierra News

Como iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Día Internacional del Jazz se celebra anualmente cada 30 de abril. La fecha fue escogida a propósito del natalicio del trompetista y cantante estadounidense Louis Armstrong, señalado como uno de los músicos más influyentes del jazz y la música popular del Siglo XX.

Desde su creación, este estilo de música ha sido un motor de cambios sociales y políticos, siendo utilizado como forma de protesta.

Por ejemplo, en el decenio de 1950, su discurso se resistió a la segregación racial y la discriminación en Estados Unidos. Figuras como Charlie Parker, Thelonious Monk y Dizzy Gillespie, quienes lucharon por los derechos civiles, utilizaron sus propuestas para propagar un mensaje de justicia e igualdad a través de su música.

En la actualidad, el jazz ha mostrado su fuerza cultural y política en todo el mundo. Músicos de muchos lugares lo han utilizado para abogar por ciertos recovecos que ahogan a la sociedad del Siglo XXI.

Así es el jazz, el mismo que se ha moldeado a cada época, a cada cultura musical. Que se ha eternizado en la medida que ha podido ser tan complejo y minimalista, tan popular y elitista, tan viejo y tan joven, de todos.

Es el mismo que, desde 2011 tiene un día como ninguna celebración, enarbola fiestas simultáneas constituyendo una comunidad descomunal que abarca distintos puntos de vistas, incluso, distintas disciplinas y formas de arte que se unen a la música.

Se trata de actividades dirigidas a estudiantes de música y el público en general y cuyo objetivo es fomentar la apreciación del jazz y la comprensión de su importancia en la cultura global.

Lo antes dicho nos mueve a celebrar. El objetivo es clave: Plantearnos, año tras año, la oportunidad de difundir y recibir este género, su legado cultural e histórico. Así dragamos la capacidad para unirnos y fomentar la comprensión y el diálogo entre cultura. En fin, untarnos de su fuerza transformadora.

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