¡Un riesgo para la salud! Los salones de belleza en apartamentos en Nueva York

Por Johnny Sánchez
Especial para Mi Tierra News

Sin miramientos sanitarios, ni licencias ocupacionales, en la diáspora latina de Nueva York, en años recientes se ha creado una actividad ilegal muy lucrativa: los salones de belleza caseros.

En la actualidad, operan con cientos de peluqueras aplicando tratamientos complejos como desrizados, planchados de pelo, y el uso indiscriminado de Keratina, un químico que puede afectar a la salud y que impregna con su olor los edificios de apartamentos neoyorquinos.

Las estilistas de pelo lo hacen para ganarse el dinero de manera limpia, sin pagar costos fijos, licencias, seguros o impuestos, como lo hacen los salones de belleza formales que operan de manera legal y cumpliendo con las leyes de salubridad establecidas por las autoridades de dicha urbe.

Esa desventaja comparativa que amenaza a cientos de salones de belleza legales debe denunciarse y vigilarse por el daño a la sociedad y sus usuarios. La pregunta es: ¿cuál es el daño?

Una estilista que trabaja de manera legal, cada año debe capacitarse con las diferentes técnicas para la aplicación de químicos para el pelo y conocer los posibles efectos secundarios que podrían producir para la cabeza y la piel de sus clientes.

Estas peluqueras deben renovar sus estudios y licencias, además de pagar un local para su negocio, impuestos y permisos.

Del otro lado de la moneda, las estilistas "avivatas del pelo" atienden a sus clientes en un cuartico y, si a alguien le quedó mal el pelo o sufrió quemaduras por los químicos aplicados, nadie es responsable por los daños. Con bastante rapidez, se mudan al otro día y nadie sabe más de ellas.

Hace poco, fui a recortarme a un salón de belleza en Nueva York y fue cuando conocí sobre esta problemática.

¿Qué les pasa a nuestros representantes dominicanos y de la ciudad, y a los inspectores de salud y los propietarios de edificios que no hacen su trabajo, ni denuncian actividades comerciales dentro de apartamentos?

El fuerte olor de químicos utilizados por las peluqueras sin licencia con frecuencia sale a los pasillos de los edificios de apartamentos, y nadie dice nada, ¿por qué?

Denunciar esta situación es deber de todos los ciudadanos, ya que, por economizar unos $20 dólares al no visitar un salón de belleza legal, todos pierden. En ocasiones, estas "avivatas" cobran casi igual que los salones.

Al mismo tiempo, como trabajan dentro de sus apartamentos, pueden atender clientes las 24 horas del día, cuando los salones regularizados de belleza solo pueden operar alrededor de nueve horas diarias. Las peluqueras ilegales trabajan sin salubridad, sin ventilación ni seguridad ambiental.

Asociaciones y grupos enfocados en la salud, apoyemos gremio de peluqueras y a las autoridades de salud, para combatir ese flagelo, ya que, por un error de una peluquera ambulante, al quemar, entintar y quitarle el brillo natural al pelo con químicos abusivos, es un crimen que afecta comunidad.

Recuerda el dicho: Lo barato sale caro, al final del día.