Joe Biden hizo un llamado a la unidad, pero le faltó "sazón"
Por Fernando Almánzar
Mi Tierra News
Si bien Joe Biden no es un orador tan elocuente como algunos de sus predecesores en la Casa Blanca, el pasado martes por la noche, en su segundo discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente puso en evidencia su veteranía de más de medio siglo navegando la complicada política de Washington.
Pese a su avanzada edad, el mandatario de 80 años, en todo momento mantuvo su compostura en el podio incluso cuando en múltiples ocasiones algunos republicanos le gritaron y abuchearon en rechazo de algunas de las ideas que plasmó durante la sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos.
Lo primero fue que Biden comenzó sus palabras extendiéndole una rama de olivo a sus rivales republicanos, al felicitar a Kevin McCarthy, por su reciente elección como el presidente de la Cámara de Representantes.
Por supuesto, una escena cordial y de mucha clase, completamente diferente a la que fuimos testigos en febrero de 2020, cuando el entonces presidente Donald Trump se negó estrecharle la mano a la representante Nancy Pelosi, quien en aquel momento presidía la Cámara Baja estadounidense.
Biden dejó muy en claro su interés de querer trabajar con McCarthy y el resto de los miembros de su partido, porque prefería "trabajar juntos en lugar de luchar por pelear". Eso sí, aprovechó su ponencia para atacar a los republicanos por promover reformas fiscales que protegen más los bolsillos de los estadounidenses afluentes, y castigan a los trabajadores, mayormente a la clase media.
En su discurso del martes, el presidente Biden buscó conectarse con los estadounidenses al abordar muchos de los problemas que afectan al país, como por ejemplo la economía, los seguros de salud y el alto precio de los medicamentos recetados.
Al mismo tiempo, Biden trató de enviar un mensaje de puro optimismo, e insistió en la importancia de la unidad, destacando lo dividida políticamente que hoy está la unión americana. Ahora bien, y dicho en buen dominicano, siento que a las palabras del presidente Biden le faltaron "sazón" y sustancia…
Biden, por ejemplo, habló nueve minutos sobre la importancia de mejorar los programas para el cuidado de la salud; siete minutos sobre sus logros económicos y lo que ha hecho su gobierno para combatir la inflación; y poco más de seis minutos en la necesidad de respaldar los proyectos para fortalecer la deteriorada infraestructura del país.
De forma paralela, el presidente falló en enfocarse en otros temas de gran importancia como, por ejemplo, la inmigración y la crisis en la frontera. Biden apenas dedicó un minuto, siete segundos, para pedirle al Congreso que aprobara un proyecto de reforma migratoria para legalizar a los millones de indocumentados que viven en el país y fortalecer la seguridad en la frontera.
Según Biden, su nuevo plan, en los últimos meses ha contratado una cifra récord de agentes de la Patrulla Fronteriza, logrando el arresto de 8,000 traficantes de migrantes y la confiscación de más de 23,000 libras de fentanilo.
También señaló que las medidas fronterizas introducidas por su administración el mes pasado, ha reducido en 97% el cruce ilegal de inmigrantes provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, al otorgarles permiso humanitario a quienes tenían un patrocinador viviendo en Estados Unidos.
El problema radica en que, si bien los demócratas tienen una leve mayoría en el Senado, Biden está más que consciente de que, con el control de los republicanos, son mínimas las posibilidades de que en la Cámara de Representantes se apruebe cualquier proyecto migratorio.
Biden dedicó dos minutos, 10 segundos, para hablar sobre el problema de las armas de fuego, en momento cuando ya se han reportado 63 tiroteos masivos en lo que va de años 2023. También tomó un minuto, 46 segundos para hablar de China, y un minuto, 58 segundos para hablar de Rusia, los dos países que en actualmente representan la mayor amenaza internacional para Estados Unidos.
Lo peor: el presidente apenas dedicó ocho segundos para tocar el tema de los opioides, cuando según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, en 2021 en Estados Unidos fallecieron unas 107,622 personas por sobredosis.
Lo que sí está claro es que, sin compartir sus planes futuros, el discurso preparó el escenario para una esperada candidatura de Biden en 2024. Esto pese a que la mayoría de los estadounidenses opinan que no ha logrado mucho en los dos años que lleva en la Casa Blanca, y cuando muchos demócratas no están muy entusiasmados con la posibilidad de que se presente a la reelección.
El rechazo al gobierno de Biden es mucho mayor entre los republicanos… La gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, quien realizó la respuesta en inglés al discurso del presidente expresó: "La línea divisoria en Estados Unidos ya no es entre derecha e izquierda… La elección ahora es entre lo normal y lo loco".
La republicana de 40 años, quien fue jefa de prensa de la Casa Blanca durante la administración de Trump, acusó a Biden de parecer "más interesado en fantasías que en la dura realidad que enfrentan los estadounidenses todos los días".
Si bien no estoy de acuerdo con la visión radical y de extrema derecha de la gobernadora Huckabee Sanders, hay dos puntos de vista en los que sí podemos encontrarnos… Lo primero es que Biden no es el mejor candidato para aspirar para la Casa Blanca en noviembre de 2024. ¡Ojo, tampoco lo es Trump!
El segundo punto de Huckabee Sanders en el que también estoy de acuerdo con ella es cuando dijo: "Es hora de que una nueva generación lidere". Y, aunque estoy consciente de que lo dijo refiriéndose a los jóvenes políticos republicanos, sería bueno que "sangre nueva" se adueñe de las bases de los dos partidos mayoritarios de Estados Unidos.
Solamente "sangre nueva" ayudaría a sanar las heridas plantadas por el divisionismo del pasado, y a ponerle el "sazón" que tanto necesita el futuro político de esta gran nación. Yo soy Fernando Almánzar, y así veo las cosas…
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