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"Si ella me faltara alguna vez"… Tributo a Pablo Milanés

Por Máximo Caminero
Especial para Mi Tierra News

Cada vez estamos menos en esta vida. Cada vez que se nos va "algo" de nosotros y también "algo" de uno se nos pierde. o en vano se ha trillado aquello de que, uno existe hasta que se extinga el último que nos recuerde.

El cantautor cubano Pablo Milanés fue una parte vital de mi adolescencia. Tendría 11 años cuando sus canciones llegaron a mis sentidos a mediados de los años 70. Aquella "nueva trova" cubana protagonizada por Silvio, Amaury, Sara, Noé, Mirian… La poesía se hizo voz y sangre y aliento y consciencia.

Aquellas canciones revolucionarias ponían todo lo que en silencio pensábamos y callábamos. ¡Por fin! Alguien lo decía, y encima, ¡Lo cantaba!

Para mí fue un acto de revelación, ya que un tiempo atrás, siendo un niño de unos siete años, recibí un severo castigo por haberle comentado a un amiguito, que era hijo de un coronel, que mi padre había participado en la Guerra Civil de abril de 1965 en contra de los "gringos" que ocuparon el territorio dominicano…

A esa edad no pude entender el ¿por qué? de las intrigas de los hombres. Pero callé y me tomó tiempo crecer para entenderlo… El miedo siempre anduvo rondando en América Latina y todavía hoy se da la vuelta, usme, huele, palpa y golpea…

Pablo le cantó a la Revolución Cubana; le cantó al despertar latinoamericano. Fue un férreo creyente de que en su país nacía ese despertar, y aportó su voz, su canto, su talento y su intelecto.

Con el tiempo, las pasiones juveniles también se acaban y brotan otros sueños. Ya no era necesario el canto revolucionario porque había algo más alto que esté y eso solo se encuentra dentro de uno mismo.

Quizás esta canción se la compuso a una mujer, no lo sé, me inclino a pensar que sus últimos años de exilio en España fueron las razones de esta y aquí surge un canto desesperadamente sutil a esa patria que veía perderse entre un sueño revolucionario de todos a algo exclusivo de unos pocos.

"Si ella me faltara alguna vez nadie me podría acompañar

Nadie ocuparía ese lugar que descubro en cada amanecer

Si me faltara alguna vez

Si ella me dejara de querer cuando la contemplo al despertar

Toda la pureza que me da

Nunca la podré corresponder si me dejara de querer..."

Esos sueños de niño que abrigué no hablaban de una patria, sino que las arropaban a todas. América Latina fue mi norte por muchos años hasta que terminé en el verdadero norte. Jamás pensé que terminaría siendo parte de "eso" que tanto critiqué.

Pablo optó por la Madre Patria. Prefirió un imperio extinto y perdonado por los siglos a uno vigente y abrasador de cuyas entrañas hablaba José Martí.

Hoy, Pablo, te has despedido para siempre. Solo te recordaremos en tus canciones y tu voz inconfundible. No sé por dónde andará aquel cuadro que te di una vez en La Habana ni cuál será su destino. Ya vez Pablo, somos como todo y como todos tendemos a desaparecer… 

Sin embargo, quiero manifestar el inmenso agradecimiento que siento por ti y por todos los que como tú aportaron en aquel niño inquieto y "algo distinto a los otros" que se distrajeron en capitales y vanos asuntos materiales.

Gracias Pablo, porque crecí contigo y fui parte de tus voces, revolucionarias, poéticas, amorosas y ya, más luego, ¡despiertas!

Nos dimos cuenta de que el mundo es todo ego y que por más hermoso que surgiera el momento, siempre, el hombre estaría presente y "esa" es una naturaleza distorsionada…

Por eso terminaste esta hermosísima y a la vez tristísima canción con estas estrofas;

"Si ella se olvidara de cantar ese hermoso mundo que me da

Cómo volvería a predicar si fue su palabra mi verdad

Si se olvidara de cantar

Si ella no inundara esta ciudad todo cambiaría de color

Gozaría de otra claridad

Cuando miro y pienso con dolor si no inundara esta ciudad

Si ella me faltara alguna vez

Si ella me dejara de querer

Si ella se olvidara de cantar

Si ella no inundara esta ciudad

Yo no escribiría esta canción".

Y terminaste escribiéndola Pablo, porque estabas hecho de "eso que llaman amor, para vivir…" ¡Salud! Máximo Caminero.

Máximo Caminero es un reconocido artista plástico dominicano residente en West Palm Beach, Florida.

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