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El artista plástico Máximo Caminero... Protagonista de ¡Territorios de transición!

La producción simbólica del artista plástico dominicano Máximo Caminero trasluce lo humano y su vertiginosa
multiplicidad de implicaciones existenciales, sociales, políticas y culturales, pero se distancia del relato antropológico
y de la crítica de lo objetivo, para tornarse más consciente de la importancia del diseño, lo formal
y lo conceptual como fundamentos de la práctica creadora y el saber estético.

Por Amable López Meléndez
Periódico Hoy

Han pasado más de cuatro años desde que Máximo Caminero ejecutara su más espontánea, imprevista, airada y efectiva actuación en el Museo de Arte Pérez de Miami (PAMM). La inevitable e incidental ejecución del artista plástico dominicano desataría uno de los debates más ardientes en el denso contexto del arte, las prácticas disruptivas de la imaginación y el pensamiento crítico contemporáneo.

Pasó la tarde del domingo, 16 de febrero del 2014, cuando Caminero visitaba el PAMM para disfrutar de la exhibición "¿According to what?", una retrospectiva de Ai Weiwei (1957), máximo disidente entre los artistas chinos contemporáneos.

Imágenes captadas por la cámara de vigilancia del museo mostraban a Caminero, "congelado" ante "Colored Vases", la instalación compuesta por 16 jarrones cerámicos de la Dinastía Han (de unos 2,000 años de antigüedad), teñidos por Weiwei con caprichosos colores industriales, en un espectacular acto de irreverencia ante la tradición cultural china, excesivamente esmerada cuando se trata de su larga historia y sus reliquias milenarias.

En una súbita conexión de espíritu de creador y crítico-destructivo con Weiwei, Caminero se aproximó demasiado a uno de los jarrones pintados de verde, lo tomó con sus dos manos y lo estampó contra el piso, haciéndolo añicos instantáneamente con la caída. El agente de seguridad del PAMM apenas tuvo tiempo para gritarle a Caminero, "Hey, hey… Mister, please don't touch"… Y fue ahí cuando inició el escándalo.

Luego el debate sobre la "opción destructiva" en el arte contemporáneo que ocupó espacios estelares en las redes sociales, los medios de comunicación y las publicaciones especializadas a nivel global.

Desde Londres, ya cuestionaba el respetado crítico de arte Jonathan Jones: "¿Quién es el vándalo: Ai Weiwei o el hombre que aplastó su urna Han?... El proclamado motivo de Caminero, accidentalmente, ha perforado un enorme agujero en la lógica del arte contemporáneo". (The Guardian, 18 de febrero de 2014).

Caminero fue arrestado y acusado de un delito grave de tercer grado por su acto de vandalismo en el museo, un cargo que pudo haberlo enviado a prisión por cinco años. No obstante, el artista recibió un castigo de 18 meses en libertad condicional y cumplir con 100 horas de servicio comunitario enseñando a niños a pintar. Caminero también tuvo que pagarle al museo una restitución de $10,000 dólares, el valor de tasación del jarrón que dejó caer en el piso, en lo que afirmó fue un acto político.

"Me equivoqué", escribió Caminero en agosto de 2014 en una carta a la jueza María Elena Verde del Tribunal de Circuito de Miami-Dade, que leyó en voz alta en el tribunal. "Pienso en lo que hice todos los días, y me resulta difícil vivir con lo que hice porque todavía me persigue".

Perfil de Máximo Caminero

Pintor, dibujante, gestor cultural, escritor, comunicador social y activista político, Caminero nació en Santo Domingo, el 7 de septiembre de 1962.

En 1988 se estableció en la ciudad de Miami, y durante la década de 1990 asumió con gran entusiasmo y éxitos notables una serie de importantes actividades artísticas y dialógicas desde la Casa Cultural Domínico-Americana en Miami, institución de la cual fue uno de sus fundadores y luego director. Más adelante, también fue cofundador de la Alianza Dominicana en Miami.

Hasta hace cinco años, Caminero estuvo radicado en Miami Beach y, desde esa ciudad, su obra pictórica se exhibió exitosamente en galerías, museos e instituciones culturales de Estados Unidos, República Dominicana, Canadá, Ecuador, Puerto Rico, Nicaragua, Panamá, Guatemala y Colombia, siendo considerado en la actualidad como uno de los artistas dominicanos más activos y mejor proyectados en el exterior.

La abrumadora atención internacional que le ganó su inefable desencuentro con Ai Weiwei en Miami, llevó a Máximo Caminero a mudarse a una hora más al norte y establecer su estudio el 444 Northwood Road, West Palm Beach. Desde este nuevo espacio de poder, Caminero persiste en su lúcida puesta en espejo de la "Alfombra de guasábara" sobre la que duerme, sueña y renace la esperanza de la sociedad dominicana contemporánea.

En efecto, desde su estudio en West Palm Beach, Caminero produce su nueva y poderosa obra pictórica al mismo tiempo que escribe y publica de manera constante en pequeñas plataformas digitales.

Hace dos años, bajo el seudónimo de Patt Francess, publicó su primera novela en Amazon, titulada "Patricio/Todas las Puertas". En enero de 2020, Caminero presentó su exposición "La nueva transición" en el Perrine Community House, como parte del intercambio sostenido entre el proyecto Art South Miami y la Villa de Palmetto Bay en el Condado de Miami-Dade.

La formidable polisíntesis estilística que materializa Caminero en las mayores pruebas de sus "nuevos territorios de transición", se aprecia iniciando desde la figuración impresionista, intensificando mediante la íntima asimilación y transmutación del surrealismo orgánico, el expresionismo abstracto, el poscubismo lírico y la abstracción pospictórica hasta llegar a un grado asombroso de fusión desbordada en el que también subyace un vital deconstructivismo geométrico de radiante linaje surrealista.

Las cualidades plásticas, la efectividad expresiva y la riqueza metafórica de sus obras recientes, reafirman el dominio del medio que prefiere y la misma integridad de su poética pictórica.

Este escrito es una reproducción editada y actualizada del artículo original por Amable López Meléndez, publicado el 22 de octubre en el Periódico Hoy de República Dominicana.

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