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Cumbre de las Américas: La posición dominicana ante Joe Biden


Por Johnny Sánchez
Economista y Analista

En suelo estadounidense no se ha realizado una Cumbre de las Américas desde la primera que se celebró en Miami en diciembre de 1994, con el entonces presidente Bill Clinton como anfitrión.

Esta semana, 28 años más tarde, la administración del Joe Biden parece haber calculado que el encuentro hemisférico, que se realiza en Los Ángeles del 6 al 10 de junio, sería un éxito rotundo e inevitable. Ese, sin embargo, fue su primer error, pero no el último.

Las zonas francas de República Dominicana se han beneficiado con el acuerdo económico DR-CAFTA, obligándose a diversificar y elevar la calidad de la oferta exportable. No obstante, en el caso específico del importante sector agropecuario nacional, eje fundamental del que dependen la seguridad y soberanía alimentaria del país caribeño, resultan desiguales las medidas del tratado y constituyen una seria amenaza de potencial desaparición a exportadores criollos agropecuarios.

Por eso es vital que, durante esta Cumbre de las Américas, Estados Unidos y República Dominicana se sienten a revisar el tratado DR-CAFTA, el cual fue implementado originalmente en 2006 con el propósito de promover el intercambio comercial entre Estados Unidos, República Dominicana, y los países de América Central, al eliminar el pago de ciertos aranceles durante un periodo de 15 años.

El Gobierno dominicano no puede asumir siempre todos los subsidios al sector agrícola y competir con arroz, harina y pollos importados; si tenemos buena producción agrícola de víveres, es coyuntural por ayudas.

¿Por qué no exportar nuestros excedentes con costos reales? Porque ese precio no gustaría en mercados externos. Eso lo aprendió en Davos, el presidente dominicano Luis Abinader Corona, viene una posible estanflación, por eso recogen circulante, suben intereses y cortan ayudas.

Los fuertes subsidios que otorgan Estados Unidos y la Unión Europea a sus productores agrícolas y ganaderos constituyen una competencia desleal para los nuestros que, carentes de tales beneficios permanentes, corren riesgo de ir a la ruina en la medida en que los artículos de procedencia externa puedan entrar al mercado nacional libre de aranceles.

El hecho de que el gobierno estadounidense subsidie su producción agropecuaria con casi $180 mil millones de dólares anuales constituye una brecha insalvable para nuestros cosecheros y ganaderos, por más que estos se esfuercen y aun cuando dispongan de tecnología avanzada y ayuda de Abinader.

Ese enorme subsidio marca una diferencia sencillamente abrumadora. De ahí, que el lunes, distintas asociaciones de arroceros, que representan el principal cultivo nacional, de empleo de mano de obra y de aporte al PIB y hoy las que agrupan respectivamente a los porcicultores y los avicultores, quieren una revisión del tratado CAFTA, a futuro.

Hemos acumulado un déficit de miles de millones de dólares en contra de nuestra balanza comercial y no le quitamos empleos a empresas estadounidenses o centroamericanas, es más las dejamos entrar y competir en mercado local.

Los expresidentes dominicanos Leonel Fernández, Danilo Medina e Hipólito Mejía se equivocaron creyendo que DR-CAFTA iba a mejorar calidad y precios de insumos básicos. Por el contrario, lo que ha hecho es duplicar las importaciones de comida, desde Estados Unidos y achicar al productor nativo a tamaño de enano.

Pero la revolución de la información estará liberando al individuo como nunca. La creatividad será también liberada de su prisión, libre de la opresión de los gobiernos y de los problemas que provoca el prejuicio étnico y estigmatizador.

En esta nueva era de la información, nadie que sea realmente capaz, podrá ser limitado por las enfermizas opiniones de otros. Compraremos al mejor postor.

Esta nueva organización de la sociedad será identificada por el triunfo de la autonomía individual, y la verdadera ecualización de esas oportunidades basado en méritos, originando grandes recompensas a ese mérito y a esa gran autonomía individual, provocando individuos mucho más responsables por sí mismos, que aquellos que se acostumbraron a ceder su independencia ante los gobiernos intrusos, colonialistas, de otras eras.

Fijar controles severos y más vigilancia sobre todas las importaciones de Estados Unidos procedentes de México y DR-CAFTA para minimizar los trampolines de la droga, en países latinos, es una decisión ya tomada por Biden, y cambiará las reglas de juego en esta época post pandemia.

Ahora que competimos con productos subsidiados de fuera, creo prudente un Apoyo a la Toma de Decisiones (A.T.D) que por resolución de la Cumbre de las Américas se debe consensuar con Biden.

No obstante, esas inspecciones nuevas y costosa de Biden, no se pueden aplicar de forma inmediata, revisemos todo, CAFTA, NAFTA y su nuevo nombre, USMA, y que nadie le compre a Estados Unidos a ver si el gas pela, si no se consensua, es un plan.

Y si todos los países ponen barreras y se tranca el juego, entonces Biden, ¿qué lograste con eso?

El nuevo paradigma de mercado presupondrá que los resultados serán mejor regulados premiando aquellos que sean deseables, abandonando los indeseables.

Ser pobre es indeseable, y ser exitoso es deseable, por eso habrán incentivos para la creación de riqueza y para convencer a la gente que, con un nuevo esquema, todos tendrán la oportunidad de ser exitosos y hacer fortuna, sin mendigar al gobierno subsidios.

Y el juez más justo en el estadio, será el mismo mercado premiando o castigando conductas y resultados, pero lo que interesará en Summit es saber cuáles países de América están en disposición de sumarse al bloqueo comercial impuesto a Rusia por la invasión a Ucrania. El DR-CAFTA que espere. Yo quiero una revisión.

Este artículo fue redactado por el economista y analista Johnny Sánchez. Las opiniones expresadas por él no representan el punto de vista de Mi Tierra News en ninguna de sus plataformas digitales o impresas.


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