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Biden hace llamado para limitar el acceso a las armas para mitigar los tiroteos masivos


La matanza el pasado 24 de mayo de 19 alumnos y dos maestros en una escuela primaria en Uvalde, Texas, motivaron al presidente, Joe Biden, a pararse detrás de las cámaras y manifestar sentirse "harto" de la reciente oleada de tiroteos masivos en Estados Unidos.

Días antes, el mandatario estadounidense había visitado la ciudad de Búfalo, Nueva York, donde un atacante armado motivado por el odio contra la comunidad afroamericana abrió fuego en un supermercado, acabando con la vida de 10 personas.

Si bien estos violentos hechos han revivido el debate sobre el control de armas en Estados Unidos, es poco lo que los líderes de ambos partidos han hecho en Washington para mitigar la violencia. Según el Gun Violence Archive, en lo que va de 2022, en la nación americana ya se han registrado al menos 233 tiroteos masivos.

Biden este jueves se dirigió a la nación para hacerle un llamado al Congreso para que apruebe leyes que prohíban la venta de rifles de asalto y de cargadores de balas de alta capacidad, como parte de un plan para reducir el acceso a las armas.

"Necesitamos prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad. Y, si no podemos prohibir las armas de asalto, deberíamos aumentar la edad para comprarlas de 18 a 21 años", expresó Biden durante un breve discurso que duró 20 minutos.

El mandatario de 79 años compartió su frustración al repetir en múltiples ocasiones el hecho de que "ya es suficiente", que sigan reportándose tiroteos masivos en el país.

En el más reciente hecho de violencia reportado este miércoles en Tulsa, Oklahoma, un paciente descontento, que se quejaba de un fuerte dolor de espalda tras una cirugía, se compró un rifle de asalto AR-15 y horas más tarde se apareció en la oficina de su médico, abrió fuego y mató a cuatro personas, incluyendo a dos doctores y dos pacientes.

En la solicitud de Biden emitida el jueves, el presidente solicitó además que se refuerce la verificación de antecedentes de los potenciales compradores de armas, que se aplique la ley para garantizar el almacenamiento seguro de las mismas y que se "derogue la inmunidad que protege a los fabricantes de armas".

"¿Cuántas carnicerías más estamos dispuestos a aceptar? ¿Cuántas vidas más de estadounidenses inocentes deben ser arrebatadas antes de que digamos basta?", subrayó Biden.

Según el presidente estadounidense, los sobrevivientes de las masacres tienen un mensaje para los políticos: "Hagan algo, solo hagan algo, por el amor de Dios, hagan algo, porque después de Columbine, después de Sandy Hook, después de Charleston, después de Orlando, después de Las Vegas (...) no se ha hecho nada", enfatizó en referencia a las principales matanzas que en los últimos años han golpeado el país.

Biden insistió durante su alocución que la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, sobre el derecho a la posesión de armas, "como todos los demás derechos, no es absoluta".

"No se trata de arrebatarle los derechos a nadie. Se trata de proteger a los niños, de proteger a las familias. Se trata de proteger a comunidades enteras. Se trata de proteger nuestra libertad para ir a la escuela, a un supermercado, a una iglesia" sin ser asesinado a tiros, dijo Biden.

Su intervención coincide con las conversaciones en las que desde la semana pasada participa un grupo de nueve senadores republicanos y demócratas para tratar de acordar medidas de control de armas de fuego que puedan recibir el apoyo de legisladores de ambos partidos.

Las medidas serían mucho más modestas que la prohibición de armas de asalto que defienden la mayoría de los demócratas, incluido Biden, y se centrarían en reforzar la seguridad en las escuelas y financiar programas de salud mental, ambos requisitos de los republicanos.

También buscarían expandir la comprobación de antecedentes para poder comprar armas de fuego y dar incentivos a los estados para que aprueben leyes que permitan a las autoridades confiscar las armas de individuos considerados peligrosos.

Precisamente el jueves, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes debatió una serie de medidas de control de armamento, recogidas bajo el título de Acta para la Protección de Nuestros Hijos.

Las medidas buscan introducir una limitación de 10 balas por cargador, aumentar la edad mínima para comprar un fusil semiautomático de los 18 a los 21 años, y dar incentivos a los estados para aprobar leyes de confiscación de armas.

También buscan limitar el uso de las "armas fantasma", que pueden comprarse por partes en internet y después montarse en casa, con lo que son imposibles de rastrear ya que no tienen número de serie.

El debate sobre la medida ha visto a la mayoría de los representantes republicanos condenar cualquier intento por limitar la capacidad de los estadounidenses de comprar armas de fuego, muchas veces repitiendo el típico mensaje conservador de que "lo único que detiene a un tipo malo con un arma es un tipo bueno con un arma".

Está previsto que la totalidad de la Cámara de Representantes, donde los demócratas tienen la mayoría, se discuta este paquete de medidas la semana que viene.

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