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Rafael Landestoy: El eterno #17 del Licey, ejemplo vivo de que los sueños sí se cumplen

Si bien su último partido como pelotero de Grandes Ligas tuvo lugar el 30 de septiembre de 1984 vistiendo el uniforme de los Dodgers de Los Ángeles, el dominicano Rafael Landestoy se ha mantenido activo en el mundo del béisbol profesional. Desde entonces ha sido dirigente, entrenador y desde 2008 trabaja para los Mets de Nueva York como Coordinador de Campo Internacional, al frente de la academia de prospectos de esa franquicia en República Dominicana.

La exestrella de Grandes Ligas Rafael Landestoy, quien por 15 años jugó con los Tigres del Licey en la Pelota Invernal de República Dominicana, todavía extraña esos días cuando se ponía el uniforme y salía al terreno de juego. Su nostalgia, no obstante, es contrarrestada con el hecho de que, a sus 68 años, mantiene una activa participación en deporte que siempre soñó practicar desde niño.

"Extraño mucho el juego (…) antes lo disfrutaba en grande", compartió Landestoy en entrevista desde Santo Domingo con "Mi Tierra News". "Pero he tenido la suerte de haber sido jugador, entrenador, dirigente y gerentes y todo lo que hecho en el béisbol le he disfrutado muchísimo".

Landestoy nació en Baní y firmó su primer contrato como pelotero profesional en 1972, a la tierna edad de 19 años. Debutó en las Grandes Ligas con los Dodgers de Los Ángeles el 27 de agosto de 1977, y ese mismo año acarició la gloria cuando su equipo clasificó para juagar en la Serie Mundial contra los Yankees de Nueva York.

"Siempre traté de hacer todo lo mejor posible, de dar el 100% en todo; y en realidad, siento que he tenido una carrera muy frutífera", expresó Landestoy. "Me siento muy bien, estoy bastante saludable y soy feliz con mi esposa Ana y seis hijos".

Rafael Landestoy junto a su
esposa Ana Rosa de Landestoy
Landestoy jugó ocho temporadas como pelotero profesional de Grandes Ligas y cinco como coach. Además de los Dodgers, militó también con los Rojos de Cincinnati y los Astros de Houston. Se destacó robando bases gracias a sus "piernas calientes" y también por su desempeño en el terreno, mayormente en la Segunda Base.

Jugando en la Gran Carpa participó en tres series de postemporada, acumuló 1,230 turnos al plato, con un promedio de bateo de .237, con 291 imparables, cuatro cuadrangulares y un total de 134 carreras anotadas.

Su carrera beisbolística, sin embargo, no concluyó el 30 de septiembre de 1984, cuando jugó su último partido (curiosamente con los Dodgers). Landestoy pasó a ser entrenador, y por los últimos 15 años trabaja para los Mets de Nueva York como Coordinador de Campo Internacional, al frente de la academia de prospectos de esa franquicia en República Dominicana.

"Nunca pensé que llegaría a ser el jugador que fui. Sí trabajé duro todo el tiempo. Todas las cosas que logré fueron gracias a Dios; sí hubo muchas manos amigas en el camino, pero también un gran esfuerzo de mi parte, jugando siempre con mi cabeza en el juego del béisbol", manifestó Landestoy.

El ex-pelotero agradeció a figuras como Rafael Ávila, Manuel "Manny" Mota y José Báez, quienes le ayudaron a encajar en sus primeros años como beisbolista profesional en Estados Unidos y cuando todavía no dominaba el idioma inglés. 

"Manuel Mota me orientó muchísimo; me ayudó bastante tanto en la Pelota Invernal Dominicana como en los Dodgers de Los Ángeles", señaló. "José Báez fue también un jugador que Dios me lo puso por delante; me ayudó a mantenerme bien en esos primeros años y me siento muy agradecido".

En el béisbol invernal de República Dominicana Landestoy brilló con los Tigres del Licey como jugador y dirigente. El equipo azul, con el que ganó cinco campeonatos como jugador y luego otros dos como dirigente y gerente general, retiró el #17 que vestía en su uniforme, mientras que su nombre fue inmortalizado en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.

"Los recuerdos más gratos del béisbol profesional han sido representar a mi país en Series del Caribe y, aquí en República Dominicana, haber ganado cinco campeonatos", comentó Landestoy, al recordar la hazaña que realizó el Licey en 1977 cuando, bajo la dirección de Buck Rodgers, el equipo dominicano arrasó 6-0 como invicto en la Serie del Caribe, celebrada ese año en Caracas, Venezuela.

"Es una sensación muy grata cuando estás representando a tu país y puedes darle el triunfo", puntualizó el pelotero.

Michael Landestoy, de 27 años y uno de sus seis hijos, siguió los pasos de su padre. Empezó en República Dominicana primero en la academia de béisbol de los Mets y luego en la Escuela Saint George de Santo Domingo. Tras graduarse de la secundaria, se mudó a Fort Worth, estudió economía en la Universidad Cristiana de Texas (TCU) y también jugó béisbol colegial. 

Durante sus cinco años como alumno, las "Ranas Cornudas" de TCU ganaron cuatro campeonatos universitarios, y en su último año, Michael fue seleccionado como el "Jugador Más Valioso". En este momento, el joven trabaja para como buscador profesional de talento de los Piratas de Pittsburgh. 

"Mi hijo se está encaminando y creo que tiene un gran futuro en el béisbol profesional", opinó Landestoy. "Creo que va a ser tan grande o más grande que yo en el béisbol de Grandes Ligas, porque tiene los estudios y el conocimiento, y ha estado en la pelota toda su vida".

Landestoy destacó el hecho de que en la actualidad hay 99 peloteros de origen dominicano jugando como profesionales en las Grandes Ligas. Después de Estados Unidos, es la nación que más beisbolistas produce.

"En República Dominicana el béisbol es el deporte rey y los dominicanos tenemos condiciones naturales para jugar béisbol de alto nivel", señaló Landestoy. "Todos los niños sueñan con jugar en las Grandes Ligas. Pero también es importante que los gobiernos ayuden a desarrollar programas de educación para los jugadores".

Landestoy opina que, si en Quisqueya existiera "un mayor grado de educación" la nación caribeña estuviera hoy produciendo el doble de los jugadores que tiene. "Tenemos mucho talento, pero podríamos explotar mucho más ese talento", agregó.

El astro del diamante concluyó diciendo que, además de tener un buen brazo, poder, velocidad y otros atributos atléticos, "para ser un buen pelotero" la principal herramienta era la disciplina. Sin diciplina, explicó, es imposible alcanzar el éxito y subir a la cumbre de las Grandes Ligas.

"Trabajo a diario para cosechar frutos en el terreno. Le digo a los jóvenes que nunca deben olvidar su meta, su enfoque; y que, si bien es mucho sacrificio, al final vale la pena y la dedicación tiene como recompensa una gran satisfacción", finalizó.

El periodista Fernando Almánzar es ganador de tres Premios Emmy a la excelencia en la producción de televisión, y actualmente trabaja en Miami como productor y editor de asignaciones de CNN en Español. Puede escribirle por email a fernandoalmanzar@aol.com.

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