República Dominicana aceptará el diálogo solo si Haití paraliza proyecto en el Río Masacre

SANTO DOMINGO - Luego de que el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) Luis Almagro emitió el martes un llamado al diálogo entre Haití y República Dominicana por el desacuerdo entre estos países por el uso de los recursos hídricos del Río Dajabón o Masacre, el gobierno dominicano contestó asegurando su disposición, pero condiciona que Haití debe parar la construcción del canal.

En un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores de República Dominicana agradeció a Almagro el llamado y aseguró que un diálogo requiere "que ambas partes posean, no solo la buena fe", sino que también es necesario "el control efectivo de su territorio".

"La construcción unilateral de un canal de trasvase con capacidad de desviar el curso del agua de su cauce natural significa la posible extinción del caudal del río aguas abajo hasta su desembocadura", detalló el gobierno dominicano.

Hasta el momento, el principal cruce fronterizo entre ambos países está cerrado debido a la construcción del canal en el Río Dajabón o Masacre, al respecto, el gobierno de Haití publicó vía X, antes Twitter, que la situación "solo requería una paciencia diplomática".

"Se actuó a la ligera sin meditar en las consecuencias, con una actitud de guerra con olor a humillación", dijo el gobierno haitiano.

Mientras que el llamado de la OEA recordó el actual contexto de sequía, el gobierno dominicano estableció que el Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y de Desarrollo Rural de Haití "reconoció" que "el proyecto carecía de planos al momento de su ejecución".

"El Gobierno haitiano debió suministrar en el momento oportuno la información relativa a los estudios cartográficos, topográficos, geológicos, geotécnicos, hidrológicos o de impacto ambiental necesarios para poder evaluar los beneficios y riesgos del Proyecto", añadió.

El comunicado de la cancillería quisqueyana recordó el Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje del 20 de febrero de 1929 que rige a República Dominicana y Haití sobre construcción de obras que desvíen el curso de alguno de los ríos que corren entre ambas naciones.

En su respuesta a la OEA, el gobierno dominicano instó a que se visite la zona para enterarse de la información pertinente y se reservó el derecho de recurrir a otros órganos de la Organización.