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Reflexión: Se apagaron las luces

Por José J. Záiter
Especial para Mi Tierra News

El cansancio me vence. Pero, aun así, es en la madrugada cuando puedo cerrar los ojos y entrar en el misterioso abismo del sueño, donde me transporto a lo infinito.

El Presidente de la Institución confirma que asistirá a los eventos, encuentros y reuniones que teníamos pautadas, en dado caso que se diera su visita.

Para ejecutar lo planificado tenemos poco tiempo, un equipo reducido y recursos limitados. Ponemos el plan en acción, aunque en el camino íbamos desafiando múltiples retos, contratiempos, presión y momentos tensos, pero también instancias de humor.

En visitas de esta índole no hay espacio para errores, y se aplica el famoso dicho de un famoso y poderoso político que decía: "Si no puedes soportar el calor de la cocina, sal de ella".

Llega el día y arriba el Presidente, con la extensa comitiva que lo acompaña. Mientras vamos ejecutando el plan, aparecen sorpresas y el trabajo se va poniendo más agudo, pero sacamos de donde no hay para que todo salga como se planificó... Vamos bien.

Llegan las dos actividades principales y, con la presencia del Presidente, se apodera la adrenalina, la algarabía, las interminables fotos, los saludos, las pequeñas conversaciones y los desafíos de último minuto... Pero vamos bien.

Finalmente, y como siempre, el tiempo nos traiciona, la tarde le dio paso a la noche; se terminó la película de "un militar honesto", suben el telón, apagan las luces, el público se dispersa y se apodera el silencio de las calles lluviosas y despejadas.

Abro mis ojos y me pongo a contemplar el techo y, como una estrella fugaz, pasa todo lo acontecido por mi mente. Al compás del día, continúo en estado de reflexión mientras que mi lecho sirve para cobijarme con la soledad. Solo se oyen los pajaritos cantar y los vehículos pasar.

Fueron tres días intensos, pero siento se desinflaron en un instante; y llegamos a la conclusión de que todo pasa hasta que llegue el comienzo del próximo capítulo.

Para subsanar el vacío, me pongo a ver en Netflix, la biografía de un fenecido cantante de música "country". Y, mientras veía su historia ante mis ojos, me doy cuenta de que todos los episodios que realizamos en la vida, tienen su principio, su presente y su fin.

Esta noche regreso al abismo del misterioso sueño hasta mañana, cuando comienza el nuevo capítulo. Eso sí, si Dios lo permite.

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