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Pedro Francisco Bonó y Mejía, el primer sociólogo dominicano

Por Rafael Baldayac
Especial para Mi Tierra News

SANTO DOMINGO - Un día como hoy, 14 de septiembre de 1906, murió Pedro Francisco Bonó y Mejía, eminente sociólogo, pensador y político dominicano, nativo de Santiago de los Caballeros.

Bonó y Mejía es considerado el primer sociólogo dominicano, y sus "Apuntes sobre las Clases Trabajadoras Dominicanas" constituyen un estudio pionero sobre la composición social dominicana.

Su nombre ha quedado inmortalizado terrenalmente con la designación de una de las calles céntricas de esta ciudad hidalga que honra a este ilustre santiaguero que tenía 78 años a la hora de su fallecimiento en San Francisco de Macorís. Sus restos descansan en el Panteón Nacional de Santo Domingo.

Con una marcada diferencia étnica Bonó y Mejía nació el 18 de octubre de 1828, hijo de José Bonó, un estanciero y comerciante de origen italiano, e Inés Mejía Port, de ascendencia española y francesa.

Su abuela materna, Doña Eugenia Port, oriunda de Bretaña (noroeste de Francia), que había tenido grandes plantaciones y fortuna en el Santo Domingo Francés hasta que estalló la revolución haitiana, le enseñó el idioma francés y lo formó intelectualmente.

El sociólogo, pensador y político dominicano fue un patriota que defendió a República Dominicana en momentos cruciales. Se desempeñó como miembro del Senado y de la Cámara de Diputados.

También fue encargado de las Relaciones Exteriores durante la época de la Restauración Dominicana, y luego, fue encargado de Justicia e Instrucción Pública. Fue Inspector General de Agricultura y miembro de la Suprema Corte de Justicia.

Sus "Apuntes sobre las Clases Trabajadoras Dominicanas" es sin dudas el primer trabajo de investigación sobre la composición social dominicana.

Con su novela "El Montero", se revela como un conocedor de las costumbres dominicanas de su época.

El santiagués estudió el estado social del pueblo dominicano y propuso reformas sociales que pusieran fin a los males de su época planteando el licenciamiento del Ejército creando la Guardia Cívica, el establecimiento de un sistema educativo nacional y la apertura de caminos.

Tuvo ideas de orden sociológico en relación con las características étnicas de los dominicanos y prefirió, cuando se le quiso señalar como posible presidente, en 1884, ser ciudadano dominicano a ser militante partidario y renunció a ese derecho.

A Bonó y Mejía siempre se le tuvo como seguidor de la doctrina política levantada por el Partido Azul de Gregorio Luperón.

Como político de mediados del Siglo XIX, recogió en sus escritos la experiencia alcanzada en cada uno de los aspectos en que estuvo implicado y en su condición de sociólogo.

Es en esta disciplina donde pasa a ser el primero en abordarla científicamente en República Dominicana; sus apuntes sobre las clases trabajadoras dominicanas lo sitúan entre los grandes pensadores de la historia dominicana.

Bonó y Mejía hace de la observación participante -como cualquier antropólogo que investiga un grupo social, que actúa como miembro de la comunidad, para enfocar su mentalidad sociocultural- un instrumento de estudio de la historia y la sociedad dominicana.

Su creación literaria a nivel de narrativa y ensayística favorece la posibilidad de desarrollar una etnografía de lo cotidiano.

El campo sociológico y antropológico debe aprovechar como fuente primaria su creación literaria en el estudio de la cultura, como base que testimonia la historia y el folklore.

Se puede decir que en su novela costumbrista "El Montero", publicada en formato de folletín en el periódico "El Correo de Ultramar en 1856", ofrece la posibilidad de observar el proceso formativo de esta figura social en el imaginario dominicano.

Es así como Bonó y Mejía, figura cimera del pensamiento social dominicano decimonónico, representa la genuina actitud científica, que debe valorarse en el discurso científico actual de la historia, la antropología y la sociología, teniendo como paradigma al hombre común.

Su gran relevancia social ha sido reconocida por el Congreso de la República Dominicana, al declararse el 18 de octubre de cada año como "Día de Pedro Francisco Bonó y Mejía".

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