Reflexión: El fin del fin
La penas las buscamos y repartimos como podemos. Y esa sombrita aframboyeada que la brisa fresca besa mi cara es algo que no tiene precio... |
Por Máximo Caminero
Especial para Mi Tierra News
Aunque solemos hablar constantemente del "infinito", y nos mantenemos con la esperanza infundada de que "somos eternos", tal y como nos ofrecen casi todas las religiones (si no todas), esto tiene un final. Y es que nos parece absurdo que esta vida "que vivimos" ¡Se acabe!
Quisiera decirles otra cosa, pero, siendo objetivo, "esta" vida que hoy vivimos, real y efectivamente se acaba. Cuando uno de nosotros fallece, deja de estar en esta dimensión y se traslada a otra. ¿A cuál? Eso es un asunto que no debe de preocuparnos, ya que hay cosas que se deducen, otras que se especulan y algunas que se sienten...
Cuando usted "emigra" lo hace de verdad; se olvida de sus memorias, títulos y demás pendejadas que le han dado aquí en la tierra. Eso incluye a toda su familia y amigos que le acompañaron a "pasarla bien"...
Es un final de verdad, un fin absoluto. Ahora. ¿Cuál es el fin de todo esto?
"El fin del fin", "el origen del origen" o "el destino del destino", y con este término, la tríada de esos otros dos latidos escritos anteriormente, son cuestionamientos no respondidos aún por ninguno de los miles de millones de seres humanos que han habitado el planeta desde que tenemos "razón" de nuestra presencia.
¿Hacia dónde vamos? Muchos han elucubrado en darle "sentido" a eso y han afirmado que es "como una escuela", en donde vamos a aprender y que luego "nos ascienden" a niveles superiores y así vamos escalando hasta llegar... ¿Llegar a dónde? ¿Cuál es el fin del fin?
Por lo menos aquí en la tierra tenemos bien claro que uno necesita su tiempo para divertirse. Es decir, uno se faja, estudia, se gradúa y se dedica a vivir de sus conocimientos. Tenemos un límite y no es necesario pasarse toda la vida estudiando en busca de la vida eterna... y es que estamos conscientes que nos vamos a morir y que esto... tiene su fin...
Si, por lo contrario, aquellos que pregonan que el propósito de la vida es aprender y continuar creciendo a través de las galaxias y las dimensiones tienen razón, entonces, ahora entiendo por qué nadie quiere morirse. Parece que tenemos insertada la memoria ancestral y "entendemos" que estar en la tierra es como estar de vacaciones...
¡El fin del fin o propósito del propósito! Si una vez alcanzamos a llegar al final del último curso de esta escuela esotérica, galáctica y universal, ¡ufff! ¿Qué carajos recibiremos como premio?
¿Se nos entregará un planeta para hacernos su Dios? ¿Tendremos a nuestra disposición todas esas almas y su aprendizaje? ¿Llegaremos a iluminarnos y convertirnos en "suspiro galáctico" en un viaje infinito por el universo?
A mí todo eso me parece muy complicado y ajetreado. No sé si a ustedes los anima la idea de convertirse en dioses y pasarse la vida en un régimen de orden militar o de niñero de millones de infantes. En fin, que el fin parece más complicado que los "yaguasos" que uno recibe en la tierra.
A mí me está aterrando la idea de que ya no podré recostarme bajo la refrescante sombra de un flamboyán y tomarme una cerveza bien fría. Sentarme sin hacer o pensar nada. Ni que tenga que salir "juyendo" a cumplir con mi deber de Dios o de sargento o lo que sea.
El fin del fin lo veo sospechoso... me suena a comunismo, me suena a capitalismo. ¡Trabajo por todas partes! Es preferible quedarnos en la ignorancia de cuál es el fin del fin y terminar de encontrar "la fórmula mágica" de la eterna juventud.
Nadie se quiere morir, y no los culpo, el fin del fin es opaco, turbio, sospechoso. Aquí, a pesar de todo, nos las buscamos y repartimos las penas como podemos. Y esa sombrita aframboyeada que la brisa fresca besa mi cara es algo que no tiene precio... ¡Con la presidente bien fría! ¡Salud! Mínimo Finero.
Máximo Caminero es un reconocido artista plástico dominicano residente en West Palm Beach, Florida.
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