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Demi Moore a sus 60 años luce mejor que nunca

Por Matias Bauso
Revista Dominical "Dejando Huellas"

La actriz Demi Moore cumplió 60 años el pasado 11 de noviembre. Y aunque luce mejor que nunca, es una súper estrella hollywoodense que desde hace años no consigue ningún éxito. Eso sí, en cada aparición pública y posteo en las redes, así como cada hecho de su vida que se conoce, tiene una enorme repercusión en los medios y entre sus seguidores.

Moore tuvo una infancia y una adolescencia muy difíciles. A los 16 años hizo su primer desnudo. Fue la mujer mejor pagada de Hollywood en los 90s. Fue pareja de varios famosos como Emilio Estevez, Bruce Willis y Ashton Kutcher. También fue criticada por la obsesión por su cuerpo, y por un tiempo sufrió problemas con el alcohol y las drogas.

Al inicio de su carrera, buscó destacarse en la pantalla, pero muchos no veían más allá de su belleza. Todo cambió cuando recibió su primera oportunidad al protagonizar la película "Ghost" (1990).

A partir de entonces dominó Hollywood, y hasta se convirtió en la mujer mejor pagada del mundo del espectáculo e impuso condiciones. Su carácter la hizo escalar pero también ganó varios enemigos que estaban esperando su primer error para caer sobre ella.

Mientras todo era fama, millones de dólares y películas taquilleras, su vida privada no era ideal ni de ensueño como mostraban las revistas del corazón. Su presente era tortuoso y el pasado la atormentaba.

Moore pasó de ser la actriz más reconocida de su tiempo a no ser tenida en cuenta para ningún papel. Esa caída tuvo traiciones, errores, infidelidades, alcohol, drogas y mucho dolor.

Sufrió una tormentosa niñez

Su padre biológico abandonó a su madre cuando estaba embarazada de ella. Un matrimonio fugaz, de dos meses de duración. Era una joven de 18 años, con algunos problemas, que buscaba ayuda y un amor. Encontró ambas en Dan Guynes. Angela y Dan se casaron.

Guynes adoptó a Moore y la cuidó. El trabajo de él era inestable y la familia se la pasó viajando por diferentes ciudades de Estados Unidos. Vivieron en muchos lugares sin terminar de establecerse en ninguna parte.

Moore revisando unos cajones a los 13 años, encontró la libreta de casamiento de su madre con su padre biológico. En ese momento fue cuando descubrió que había sido adoptada por su padrastro, quien le contó la verdad.

En entrevistas posteriores, la actriz dijo que su padre había sido quien la crió e intentó ocuparse de ella. Pero la pareja después de varios intentos terminó por romperse. Guynes, su padrastro, se suicidó meses después.

Fue vendida por $500 dólares

Desesperada por dinero y muy afectada por las adicciones, la madre de Moore entregó a su hija -entonces de 15 años- a un hombre de 50 años a cambio de $500 dólares.

"Durante muchos años ni siquiera consideré que fuese una violación. Me convencí de que yo había provocado la situación. Me sentí obligada a hacerlo porque eso era lo que ese hombre esperaba de mí, lo que yo había permitido", escribió la actriz en su autobiografía titulada "Inside Out", en la que relata algunas de crudas memorias y revelaciones.

"Había cenado en su restaurante y me había llevado a casa después de clase en multitud de ocasiones, como si fuese un chófer particular. En mi mente de chica de 15 años, me merecía lo que me había pasado", agregó.

Poco tiempo después dejó su casa. Su madre estuvo internada y después fue detenida por robo y por pirómana. Moore, siendo adolescente, buscó su camino en Hollywood. La contrataron en la agencia de modelos Elite. Su belleza era impactante.

A los 16 años conoció a un músico de rock, Freddy Moore. Él tenía 29 años. Se hicieron novios y poco después se casaron.

Su gran debut en la pantalla

En 1981 debutó como actriz. Hizo un bolo en una película menor. Su primera gran oportunidad llegó un año después. Tuvo un lugar fijo en la histórica telenovela "General Hospital". En 1985 con su papel secundario y su impactante semidesnudo playero en "Échale la culpa a Río" (1984) se hizo más conocida.

Su siguiente proyecto fue "St. Elmo's Fire" (1985), película del llamado "Brat Pack", un grupo de estrellas juveniles de los 1980s, en la que compartió cartel con Rob Lowe y Emilio Estévez. Moore dejó a su marido y se emparejó con Estévez. Se comprometieron, pero dos años después y antes de que el casamiento tuviera lugar, se separaron.

Al tiempo que su carrera se iba fortaleciendo, en un estreno conoció al actor Bruce Willis, otra estrella ascendente que tenía en esos momentos un éxito televisivo con "Moonlighting". Se enamoraron y en un par de años se convertirían en una de las parejas más influyentes del medio.

Mientras su ascenso profesional era firme y persistente, su vida privada pasaba por sobresaltos. Más allá de las separaciones y de los nuevos romances, tenía problemas con el alcohol que la obligaron a entrar en rehabilitación.

La consagración llegó con "Ghost" (1990), que en español se tituló "La Sombra del Amor" y que protagonizó junto al actor Patrick Swayze. Fue de manera inesperada la película más taquillera de 1990. Moore se convirtió en una estrella.

A partir de ese momento, los proyectos le llegaban torrencialmente pero no siempre elegía bien. No importaba. El público la amaba, la deseaba y creía que junto a Willis eran la pareja más "sexy" y "cool" del mundo. En cinco años pasó a dominar el mundo del cine con filmes como "Cuestión de honor", "Propuesta Indecente" y "Acoso Sexual", entre otros éxitos cinematográficos.

La mejor pagada de Hollywood

En 1996 tocó el techo, aunque ni ella ni nadie lo sabía. Los productores pujaban desesperadamente por ella. Hubo hasta una especie de subasta entre los que querían hacer "Striptease" y "G.I. Jane". Le pagaron $12.5 millones de dólares por cada proyecto.

Hasta ese momento, ninguna mujer ganaba más que ella. Y casi ningún hombre tampoco. Luchó por sus honorarios para cobrar lo mismo que sus compañeros varones y fue la primera que lo logró.

Eso provocó que no fuera bien vista por el medio. La acusaron de problemática y ambiciosa. Ella se defendía diciendo que, si un actor hiciera lo mismo que ella, lo tildarían de buen negociador, de saber defenderse y, a lo sumo, de excéntrico. En algunas revistas la llamaron "Gimme" Moore, un juego de palabras entre su nombre y la expresión en inglés "Dame más".

Ninguno de los dos proyectos fue un fracaso (salvaron el dinero y hasta proporcionaron alguna ganancia) pero la crítica los destruyó. A partir de ese momento, tras llegar a la cumbre, su carrera se despeñó sin remedio.

"Striptease" había generado demasiada expectativa. Ella mostraría su cuerpo (pero esa era la sexta película en que aparecía desnuda). Se volvió adicta al entrenamiento y al cuidado del cuerpo. Para "G.I. Jane" el cambio exterior fue que se rapó la cabeza.

Ya se había casado con Willis, quien pese a pertenecer al medio, no se llevaba bien con la fama y los logros de su esposa. Le dijo que estaba descuidando a la familia y tras el embarazo de su segunda hija (tuvieron tres) le pidió que postergara la carrera cinematográfica.

Se separaron en 1998. Después de algunos romances, Moore volvió a vivir un amor resonado, que fue tapa de todas las revistas y volvió a integrar la pareja de mayor celebridad de Hollywood.

Se puso de novia con Ashton Kutcher, el actor televisivo de "Two and a Half Men". Kutcher era 15 años más joven que ella. Aparecían en todos lados juntos. Él ya era el actor con mejor salario de la televisión y ella seguía siendo una súper estrella, aunque sin éxitos en la pantalla desde hacía años.

En esos años Moore volvió al alcohol. En sus memorias contó que Kutcher la convenció en dos ocasiones de hacer tríos. Ella lo vivió con culpa y algo de vergüenza. Con el tiempo se dio cuenta que fue la manera en que él corrió los límites y justificó sus múltiples infidelidades (previas y posteriores).

Moore quedó embarazada de Kutcher pero a los cinco meses perdió la criatura. Se terminaron separando en 2011 y dos años después se produjo el divorcio oficial.

Las carreras en Hollywood son impredecibles. Una conjunción de talento, voluntad, suerte, decisiones acertadas y hasta circunstanciales rayanas con lo mágico.

De manera inesperada, Moore se convirtió en una súper estrella. Fue un camino muy veloz, casi sin ripios. Parecía que eso duraría por siempre, que era invencible. Pero apenas alcanzó el primer lugar, el descenso fue inmediato. Y mucho, mucho más rápido que el ascenso. Su historia es un buen recordatorio de que los buenos tiempos pueden terminar de un momento a otro.

Protagonista de icónicas portadas...

Su carrera podría contarse a través de algunas tapas de revistas célebres. La primera es de 1991 y es una de las tres portadas más famosas de la historia de las revistas. Para un perfil en "Vanity Fair" fue fotografiada por Annie Leivobitz. Moore estaba embarazada de siete meses de su segunda hija.

Leivobitz le había sacado fotos privadas durante su primer embarazo. Luego de terminar la sesión para "Vanity Fair", la fotógrafa propuso repetir aquellas tomas, sin ropa. Moore aceptó. Cuando las revelaron, Tina Brown, la directora de la publicación, supo que tenía una tapa histórica en sus manos. Ese número vendió más de un millón de ejemplares. Y esa foto fue parodiada, copiada y homenajeada decenas de veces. Cinco años después, otra conmoción con "Vanity Fair": un espectacular "body painting".

La tercera tapa controversial fue muchos años antes, cuando su nombre no significaba nada para el gran público. Cuando tenía 16 años hizo una sesión de fotos desnuda que terminó en la portada y páginas interiores de la revista para adultos "Oui".

Luego esas imágenes, cuando Moore se hizo conocida, volvieron a circular en varias ocasiones, pero sin que se dijera que ella era menor de edad en el momento de la sesión.

Tras el divorcio con Kutcher, Moore se sintió desolada: no tenía pareja y no tenía carrera, escribió.

El alcohol, el Vicodin y otras drogas hicieron que debiera internarse de nuevo. Así como ella a los 12 años, tuvo que meter la mano dentro de la boca de su madre para hacerla vomitar los calmantes que había ingerido en su intento por suicidarse, su hija mayor debió llamar a emergencias una madrugada que Moore colapsó por las drogas.

Le costó varios años retomar el contacto con ellas y reconstruir el vínculo. Moore se recuperó. Ya no toma, no consume drogas. Su estado físico sigue siendo esplendoroso. Cada tanto, en sus redes sociales, sube fotos en bikini que siguen deslumbrando.

La actriz usa también sus redes para concientizar sobre causas benéficas y para difundir información contra el abuso infantil. Cuando hace unos meses se conoció del deterioro neurológico de Willis que lo obligó al retiro, se supo que ella y sus hijas cuidan al actor.

Moore, a sus recién cumplidos 60 años, sigue en busca de nuevas oportunidades porque sabe que falta mucho para el final del camino.

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