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Semana Santa: La celebración más grande del mundo cristiano


Este próximo domingo se conmemora el Día de la Resurrección de Jesús, fecha cuando termina la Semana Santa, indudablemente la celebración más importante del mundo cristiano.

En los países de América Latina, gracias a la influencia española de la colonización, la Semana Mayor es un gran festejo religioso que incluye procesiones multitudinarias y que paraliza gran parte de la actividad comercial.

Comenzando el Domingo de Ramos y durante los siguientes ocho días, los cristianos creyentes asisten a servicios religiosos especiales y aprovechan para fomentar su espiritualidad y recogimiento personal; mientras que, los no tan creyentes, utilizan sus días libres para descansar y vacacionar.

En Estados Unidos, sin embargo, la marcada separación que existe entre lo religioso y lo secular hace que muchos a veces ni se enteren de la importante festividad religiosa. A nivel oficial, las autoridades gubernamentales no observan días feriados, y la mayoría de la gente realiza sus actividades laborales y académicas casi con normalidad cotidiana.

Mientras que en los países latinoamericanos los fieles le dan mayor importancia al Viernes Santo, aquí en Estados Unidos el Domingo de Pascua o de Resurrección es la celebración más grande para los cristianos.

Incluso en la Casa Blanca en Washington, el presidente de turno acostumbra a abrir las puertas de la mansión presidencial para que un grupo de visitantes selectos participen con sus hijos de divertidos juegos y la tradicional recogida de huevos de Pascua, símbolo primaveral de fertilidad y prosperidad.

Lo cierto es que en Estados Unidos solamente los cristianos, y en especial los católicos, son los únicos que le prestan atención a la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Durante el transcurso de la Semana Mayor, en las comunidades católicas de las grandes urbes, como Los Ángeles y Nueva York se realizan misas y vigilias especiales. Y en algunas ciudades de gran población hispana como Miami, Chicago, Filadelfia, Houston y San Antonio, entre otras, se celebran pequeñas procesiones en las que los fieles cargan imágenes religiosas y cruces.

El Domingo Santo tiene la peculiaridad de ser el día cuando muchas de las personas que habitualmente nunca van a misa, utilizan el feriado religioso para ponerse sus mejores galas y compartir en familia.

Ahora bien, los números no mienten. En años recientes se ha reportado un desapego religioso en Estados Unidos, con un descenso en el número de personas que se identifican como cristianos.

Crece el desapego religioso en Estados Unidos

Un sondeo realizado el año pasado por el Centro de Investigaciones PEW reveló que, en Estados Unidos, apenas 41% de la población considera que la religión es "muy importante" en sus vidas, una cifra muy por debajo al 56% obtenido en una encuesta similar en 2007.

En Estados Unidos, que tiene una población total de 332 millones de habitantes, se estima que hay alrededor de 70 millones de católicos, pertenecientes a unas 19,000 parroquias, en 195 diócesis o archidiócesis, ubicadas mayormente en ciudades de mayoría hispana.

Y es que si bien hay quienes piensan que los latinos son el futuro del catolicismo en Estados Unidos, sus números están también en decadencia. En 2009, el Centro de Investigaciones PEW encontró que 57% de los hispanos se identificaban como católicos, lo que representa un descenso de 10 puntos porcentuales en comparación al año pasado cuando 47% se describió como católico. 

De forma paralela, las personas que se consideran ateas, agnósticas o que no creen en "nada en particular" subió de 16% a 23%; y el porcentaje de protestantes también subió de 23% a 26% durante ese mismo periodo.

Pero quizás la cifra más preocupante para los defensores del cristianismo es que, en la actualidad, casi un tercio de la población estadounidense (29%) se identifica como una persona "sin religión". En 2007, los "no religiosos" representaban 16% de los estadounidenses.

Expertos atribuyen el declive del cristianismo a varios factores, como por ejemplo los sonados casos de sacerdotes pedófilos en la Iglesia Católica, y los escándalos "fanatismo engañoso" donde pastores cristianos estafan a sus feligreses y malversan los fondos de sus iglesias.

Pero también está el hecho de que en las escuelas públicas de Estados Unidos está prohibido impartir clases de religión. Esto a raíz de una decisión de la Corte Suprema de Justicia, que en junio de 1962 lo declaró un acto inconstitucional.

La razón: los Padres de la Patria de Estados Unidos se aseguraron plasmar en la Constitución de 1776 una clara separación entre la iglesia y el estado, para evitar que se repitiera lo que motivó a los primeros colonizadores británicos a huir de su país un siglo antes.

A mediados del Siglo XVII, un grupo de cuáqueros, que en síntesis eran cristianos protestantes, decidió desafiar la incertidumbre del Nuevo Mundo para buscar un nuevo hogar en donde vivir, y, sobre todo, donde pudieran practicar su religión libremente.

Esta Semana Santa llega su fin en momentos cuando en Estados Unidos se respira un aire de odio y divisionismo, y cuando los actos de violencia, especial los tiroteos masivos, parecen ser fenómenos tan cotidianos como ir a misa los domingos.

Es probable que no haga falta creer en Dios para hacer el bien y vivir en armonía. No obstante, a lo mejor sea necesario inyectarle a la ciudadanía una especie catecismo social, que nos enseñe a ser más amables, a respetar más al prójimo y a no cometer actos de violencia. Yo soy Fernando Almánzar, y a sí veo las cosas.

El periodista Fernando Almánzar es ganador de tres Premios Emmy a la excelencia en la producción de televisión, y actualmente trabaja en Miami como productor y editor de asignaciones de CNN en Español. Puede escribirle por email a fernandoalmanzar@aol.com.

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