La economía: El combustible que alimenta el futuro político de Trump
El presidente Donald Trump aún no había calentado bien su silla en la Oficina Oval de la Casa Blanca cuando anunció sus planes de aspirar para la reelección en los comicios de noviembre de 2020. La realidad es que el mandatario de 72 años hoy cuenta con todos los ingredientes necesarios para permanecer en el poder hasta enero de 2025.
Trump cuenta con un "combustible" vital para su campaña: El buen desempeño de la economía de Estados Unidos.
Por lo general, los presidentes de turno son aplaudidos por el rendimiento financiero del país que gobiernan, incluso si las políticas que produjeron frutos positivos en los bolsillos de la mayoría no fueron creadas por él.
Trump no es la excepción… Aunque sus índices de popularidad son bajos en muchos renglones, el manejo de la economía que el presidente proyecta lo convierte en un formidable candidato para un amplio segmento de la población estadounidense.
Si los mercados bursátiles están estables, y la economía nacional continúa creciendo, a la mayoría de los futuros votantes no le importará que el presidente Trump miente sobre casi todo.
Tampoco importa para nada que Trump con frecuencia desafía la ley, viola la Constitución, desprecia a los aliados de Estados Unidos, le infunde temor a la comunidad inmigrante y disuade a todas las personas que no respaldan la base del Partido Republicano.
Trump, incluso desde antes de salir electo a la Casa Blanca, lleva a cabo bromas vergonzosas que ponen en ridículo a la mujer y a las minorías, y hasta manifiesta en público admiración por dictadores como Vladimir Putin y Kim Jong Un. Su gabinete de gobierno ha incluido en posiciones altas a delincuentes y ladrones.
También está el problema que el Partido Demócrata no tiene en este momento un candidato fuerte para enfrentar a Trump. La oposición está diluida en una larga lista de más de 23 aspirantes a la presidencia.
Pero nada de eso importa. Porque la economía sí está por buen camino y, los latinos que pudieran cambiar el futuro de la nación en las urnas, simplemente no tienen la costumbre de salir a votar. Muchos se quejan de Trump y sus erráticas políticas anti-inmigrantes. A la hora de la hora, sin embargo, se quedan y casa y no votan.
Durante la administración de Trump, el nivel de desempleo de Estados Unidos bajó al 3.6%, el nivel más bajo en los últimos 50 años.
De forma paralela, el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos ha tenido un crecimiento constante en los primeros nueve trimestres de Trump en la Casa Blanca para promediar un 2.77% de aumento. La cifra supera las ganancias del PIB logradas durante el segundo término del presidente Barack Obama, que promedió 2.3% durante 16 trimestres.
Pero, ¿es Trump el verdadero responsable del actual auge económico de Estados Unidos? Su mayor logro económico fue la aprobación de una ley fiscal de impuestos que aprobó el Congreso en diciembre de 2017.
Esta medida estaba enfocada mayormente a beneficiar a las grandes empresas y a las personas con mayores ingresos. Sin embargo, los recortes sirvieron para acelerar el motor económico y crear empleos.
Curiosamente a Trump no le afecto el cierre parcial del gobierno que envió a cientos de miles de empleados federales, ni la actual crisis en la frontera. Si las cosas siguen como van, el presidente cumplirá su meta de permanecer en Washington.
Ahora bien, si la economía se tambalea, quizás por un conflicto bélico con Irán o Corea del Norte; o por el impacto comercial que tengan las sanciones de aranceles que Trump le impuso a China, entonces sus candidatura peligra.
La mayoría de expertos coincide en que si China y Estados Unidos no logran un acuerdo comercial, los ciudadanos terminaremos pagando un promedio de entre $250 y $800 dólares por los productos y servicios que importamos desde China. Eso quiere decir que a las personas que les duela el bolsillo, podrían terminar no votando por Trump.
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".
Trump cuenta con un "combustible" vital para su campaña: El buen desempeño de la economía de Estados Unidos.
Por lo general, los presidentes de turno son aplaudidos por el rendimiento financiero del país que gobiernan, incluso si las políticas que produjeron frutos positivos en los bolsillos de la mayoría no fueron creadas por él.
Trump no es la excepción… Aunque sus índices de popularidad son bajos en muchos renglones, el manejo de la economía que el presidente proyecta lo convierte en un formidable candidato para un amplio segmento de la población estadounidense.
Si los mercados bursátiles están estables, y la economía nacional continúa creciendo, a la mayoría de los futuros votantes no le importará que el presidente Trump miente sobre casi todo.
Tampoco importa para nada que Trump con frecuencia desafía la ley, viola la Constitución, desprecia a los aliados de Estados Unidos, le infunde temor a la comunidad inmigrante y disuade a todas las personas que no respaldan la base del Partido Republicano.
Trump, incluso desde antes de salir electo a la Casa Blanca, lleva a cabo bromas vergonzosas que ponen en ridículo a la mujer y a las minorías, y hasta manifiesta en público admiración por dictadores como Vladimir Putin y Kim Jong Un. Su gabinete de gobierno ha incluido en posiciones altas a delincuentes y ladrones.
También está el problema que el Partido Demócrata no tiene en este momento un candidato fuerte para enfrentar a Trump. La oposición está diluida en una larga lista de más de 23 aspirantes a la presidencia.
Pero nada de eso importa. Porque la economía sí está por buen camino y, los latinos que pudieran cambiar el futuro de la nación en las urnas, simplemente no tienen la costumbre de salir a votar. Muchos se quejan de Trump y sus erráticas políticas anti-inmigrantes. A la hora de la hora, sin embargo, se quedan y casa y no votan.
Durante la administración de Trump, el nivel de desempleo de Estados Unidos bajó al 3.6%, el nivel más bajo en los últimos 50 años.
De forma paralela, el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos ha tenido un crecimiento constante en los primeros nueve trimestres de Trump en la Casa Blanca para promediar un 2.77% de aumento. La cifra supera las ganancias del PIB logradas durante el segundo término del presidente Barack Obama, que promedió 2.3% durante 16 trimestres.
Pero, ¿es Trump el verdadero responsable del actual auge económico de Estados Unidos? Su mayor logro económico fue la aprobación de una ley fiscal de impuestos que aprobó el Congreso en diciembre de 2017.
Esta medida estaba enfocada mayormente a beneficiar a las grandes empresas y a las personas con mayores ingresos. Sin embargo, los recortes sirvieron para acelerar el motor económico y crear empleos.
Curiosamente a Trump no le afecto el cierre parcial del gobierno que envió a cientos de miles de empleados federales, ni la actual crisis en la frontera. Si las cosas siguen como van, el presidente cumplirá su meta de permanecer en Washington.
Ahora bien, si la economía se tambalea, quizás por un conflicto bélico con Irán o Corea del Norte; o por el impacto comercial que tengan las sanciones de aranceles que Trump le impuso a China, entonces sus candidatura peligra.
La mayoría de expertos coincide en que si China y Estados Unidos no logran un acuerdo comercial, los ciudadanos terminaremos pagando un promedio de entre $250 y $800 dólares por los productos y servicios que importamos desde China. Eso quiere decir que a las personas que les duela el bolsillo, podrían terminar no votando por Trump.
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".
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