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Análisis: Joe Biden… El vehículo de la democracia

Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2021, el presidente Joe Biden ha intentado recuperar algunos de los aspectos positivos que perdió Estados Unidos durante la administración anterior. Pero según la Dra. Leonarda Durán-Buike, analista y estratega demócrata, los desafíos que ha enfrentado han dificultado su gestión.

Por la Dra. Leonarda Durán-Buike
Analista y estratega demócrata

Joe Biden es el cuadragésimo-sexto presidente de Estados Unidos de América y cuando asumió su puesto el 20 de enero de 2021, afirmó en su discurso de toma de posesión que "el triunfo no es de un candidato, sino de una causa: la democracia".

Basado en su convicción, diligentemente se ha reunido con líderes gubernamentales y reformistas democráticos de todo el mundo, para estudiar tanto los desafíos que enfrenta la democracia, como para encontrar las oportunidades para su renovación.

Su agenda abarca la protección de la libertad de los medios de comunicación, mejorar la situación de mujeres y niñas, la necesidad de empoderar a los defensores de los derechos humanos, de darle la voz a la juventud y a los manifestantes pacíficos.

Biden también se ha asegurado por el avance de las tecnologías tradicionales y emergentes, y de endurecer la ciberseguridad. En medio de la constante labor en favor de la seguridad sanitaria, el presidente ha mantenido una firme oposición a la autocracia y luchado contra la corrupción, manteniendo la correcta promoción los derechos humanos para todas las personas, y creando un compromiso inspirador en medio de todas las crisis, y destacando la urgencia de la climática.

En el marco de la importancia de la democracia para Estados Unidos, recordemos el nefasto asalto contra el Capitolio del 6 de enero del 2021, no solo como una insurrección del pasado, sino como una retrospectiva inesperada de violencia demasiado real, para superar el trauma que compuso la frustración de un aspirante político derrotado con un solo golpe; desde entonces, cualquier día es 6 de enero.

Faltando unos pocos días para lo que debió ser un traspaso de mando regular, Biden recibió una nación en bancarrota moral, económica, totalmente dividida y hostil, tras un fallido intento de golpe de estado. Llegó a la Casa Blanca tras sufrir un asalto descarado a la soberanía y a la Constitución de Estados Unidos; sin dudas uno de los hechos más deplorables, peligrosos y trágicos, con que quedará marcado en la historia.

Ese fatídico día, un grupo de extremistas utilizó la violencia para favorecer cuatro años de incompetencia, en la cresta de la pandemia del COVID-19 (la amenaza de Salud Pública más grande del Siglo XXI), a la que se le atribuye la muerte de casi un millón de estadounidenses.

Está evidenciado que un alto número de las víctimas mortales del COVID-19 son el resultado del mal manejo del virus por parte del gobierno del expresidente Donald Trump. Hoy sus simpatizantes nos harán pensar muchas veces en aquel día, porque una sociedad amenazada no puede sobrevivir, negar, ni olvidar el pasado, pero debe hacerlo al tiempo que se mueve hacia el futuro.

Desde el pasado 24 de febrero, el mundo está enfrentado la devastadora y criminal guerra del presidente ruso Vladimir Putin contra Ucrania. Un hecho libertino que pudiese tener graves consecuencias para la humanidad, y que no parece estar cerca de finalizar.

La situación a la que nos estamos enfrentando no la veíamos desde la época de la Guerra Fría, y aunque la democracia en Ucrania es un elemento frágil y el país ha tenido serios problemas con sus oligarcas y sus casos de corrupción, estaba encaminado hacia la integración a la Unión Europea.

Ucrania buscaba convertirse en una nación exitosa de libre mercado, razón que se volvió inadmisible para Putin y su estancada cleptocracia eslava rusa. El mandatario ruso además no advirtió otros recursos del mundo como la voluntad de los demócratas y los libres para unirse a la lucha en su contra.

Vale destacar que el presidente Biden ha jugado un papel estelar para lograr la unidad de los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), quienes unánimemente con algunas excepciones, condenaron la guerra.

La OTAN, por su parte, sancionó a Rusia, tomando medidas económicas drásticas nunca vistas en toda la historia. Biden motivó a la creación de una coalición económica y militar mundial que ha permitido a los ucranianos a ponerse en pie de guerra y desafiar a Rusia en su propio territorio.

Debemos entender el momento histórico que estamos viviendo. El presidente Biden está enfrentando todas las calamidades económicas y sociales que adversan a ésta gran nación y que tan injustamente le han adjudicado.

Mientras nos rodean situaciones sin precedentes en la historia reciente, veamos la difícil situación dentro del contexto geopolítico, en tanto reconocemos lo positivo de la administración Biden, quien escogió la primera mujer afroamericana para ser miembro de la Suprema Corte de Justicia, Ketanji Brown Jackson.

El presidente Biden logró también la aprobación del proyecto de ley "Build Back Better Act", el cuál fue aprobado en las dos cámaras de manera bipartidista. La suma aprobada de $2.2 trillones de dólares, será destinada entre otras cosas, para modernizar la infraestructura del país, que no se había tocado en más de 60 años.

La economía ha ido recuperándose, y lo vemos reflejado en los bajos índices de desempleo (3.9%). El presidente Biden acaba de firmar la ley que considera el linchamiento un crimen en Estados Unidos. Hemos restablecido también la relación de cooperación y ayuda con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y gracias a la administración Biden, somos de nuevo miembros del Acuerdo Climático de París.

El presidente Biden definitivamente ha devuelto la fe, la confianza, y sobre todo el liderazgo de Estados Unidos, ante el mundo. El hombre paulatinamente nos está sacando del fango cenagoso, donde estuvimos sumergidos por cuatro años. Desgraciadamente la guerra de Putin contra Ucrania ha afectado el avance que empezamos a lograr en todos los niveles. Sin lugar a dudas, le ha tocado enfrentar una situación titánica en la Casa Blanca.

Biden entre todas las olas de la sociedad global ha demostrado ser para su nación, un líder-nave, capaz de enfrentar las situaciones más difíciles. Con su discernimiento ha evitado el caos y con carácter ecuánime, conocimiento de estado, inteligencia y cordura, nos llevará del mar de los desatinos, al puerto de una democracia evolutiva.

Este análisis fue redactado por la Dra. Leonarda Durán-Buike, analista y estratega demócrata. Las opiniones expresadas por ella no representan el punto de vista de Mi Tierra News en ninguna de sus plataformas digitales o impresas.

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